Grupo Freixenet presenta un ERTE a 615 empleados

El sector vinícola, con su delicada dependencia del clima, se ve nuevamente en el centro de las dificultades económicas y ambientales. Esta vez, el foco se centra en el gigante Freixenet, conocido mundialmente por sus burbujeantes vinos espumosos. La empresa ha anunciado recientemente una medida de gran impacto: la solicitud de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor que podría afectar a hasta 615 empleados de Freixenet S.A. y Segura Viudas S.A.U. El plan se pondrá en marcha a partir de mayo y su intensidad variará a lo largo del año, dependiendo de la evolución de las circunstancias que han precipitado esta decisión.

El ERTE, una figura jurídica en el ámbito laboral español, permite a las empresas ajustar temporalmente sus plantillas en situaciones de crisis económica o por causas de fuerza mayor, como es el caso actual. Freixenet ha tomado esta decisión como un acto de precaución y responsabilidad, con el objetivo de mantener la operatividad de su negocio y proteger el empleo ante una situación adversa: la grave sequía que ha estado castigando la región del Penedés, corazón de la industria cava en Cataluña.

Esta sequía no es un fenómeno reciente sino que ha estado afectando al sector desde 2021, con un impacto particularmente severo en 2023. La falta de lluvias ha llevado a una escasez de materia prima, es decir, uvas de calidad adecuada para la producción de vino. Esta situación ha empeorado las condiciones de producción y ha incrementado los costes operativos, presionando los márgenes de beneficio de las bodegas y, por extensión, la estabilidad laboral de quienes dependen de estas industrias.

El proceso de aplicación del ERTE ya está en marcha. Freixenet ha iniciado las gestiones necesarias ante el Departament d'Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya y ha informado a la representación social de sus trabajadores, un paso fundamental para la gestión transparente y colaborativa de esta medida.

Este tipo de decisiones no solo reflejan la vulnerabilidad de la industria vitivinícola a los cambios climáticos, sino también la importancia de medidas de gestión que puedan amortiguar el impacto económico y social de tales eventos. La capacidad de adaptación y la búsqueda de soluciones sostenibles serán determinantes para la supervivencia de empresas históricas como Freixenet en un mercado global cada vez más competitivo y en un entorno natural cada vez más impredecible.

Aunque el panorama pueda parecer sombrío, es también una llamada a la acción para la industria, para que intensifique sus esfuerzos en la innovación y en la sostenibilidad ambiental. Estas medidas no solo son esenciales para enfrentar los desafíos actuales sino para asegurar un futuro viable para las generaciones venideras en el sector del vino. El caso de Freixenet destaca la interconexión entre la salud ambiental y la prosperidad económica, un equilibrio que será crucial mantener en los años futuros.