Disfrutar de una buena copa de vino no sólo es beber: la gestión del riesgo cambiario

“Nuestra excelente uva y el cuidadoso paso por nuestras barricas de roble francés y americano, unidos a nuestra historia, ilusión y trabajo arduo, hacen que nuestros vinos sean muy apreciados por su gran calidad. Déjate enamorar por la historia que nos rodea”

Escrito porMatheus Zani

Martes 30 de Enero de 2024

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Así es, al menos, en las bodegas de Castilla y León, una región española que cuenta con una larga tradición vinícola que se remonta a la época romana. Aunque aprecio muchos vinos por su aroma y cuerpo, recientemente me enamoré de otra historia.

El mayor exportador de vino de Europa, el grupo español García Carrión (Don Simón), en 2021 acaparó titulares a nivel mundial al perder más de €75 millones (aunque el monto total involucrado en el escándalo no se conoce) en derivados de divisas que la firma utilizaba para protegerse contra el riesgo cambiario. En aquel momento, García Carrión hizo público que varios bancos, incluyendo Goldman Sachs, Deutsche Bank y BNP, comercializaron productos estructurados especulativos. Aunque estos bancos contaron con aliados dentro de la compañía para llevar a cabo estas operaciones especulativas sin autorización, es evidente la falta de controles y una política de cobertura sólida para identificar y reportar una situación potencialmente adversa.

Sí, es realmente sorprendente los hechos que condicionan está historia. Contrapartes actuando de ¨mala fe¨ y la ausencia de controles sólidos en este gigante multinacional. No cabe duda de que este caso se hizo globalmente conocido porque involucraba cifras elevadas, pero ¿qué hay de las pequeñas y medianas bodegas españolas? Más del 80% de las bodegas en la denominación de origen de Ribera del Duero operan actualmente en el mercado internacional, lo que significa que todas ellas pueden estar expuestas al riesgo cambiario y, por supuesto, a la posibilidad de ser persuadidas por sus bancos para la adquisición de derivados complejos. Los mismos productos que se promocionan como seguros y económicos con el fin de mitigar el riesgo cambiario.

Desafortunadamente, la mayoría de los CFOs no cuentan con herramientas analíticas adecuadas para calcular la probabilidad de éxito de la estrategia de cobertura ni para evaluar el nivel de riesgo asumido. A menudo, nos encontramos con bodegas que apuestan por la internacionalización al introducir sus vinos en nuevos mercados, como Irlanda del Norte, Corea del Sur y Singapur, mientras mantienen su presencia en mercados existentes como México, EE. UU., Reino Unido y Suiza. A pesar de los frecuentes comunicados de prensa sobre nuevas gestiones en el viñedo, grandes inversiones en la planta productiva y millones de euros destinados a I+D+I, surge la pregunta: ¿Cuánto de este esfuerzo financiero (y de tiempo) se ha dedicado verdaderamente a sofisticar y capacitar la tesorería de estas bodegas?"

No me malinterpretes, soy un apasionado del progreso: inversión, crecimiento, proyección de la compañía hacia el futuro, pero me gustaría que no se repitieran situaciones donde estas empresas estén a merced de las típicas excusas de los traders para la mala venta de derivados: "la diferencia entre el bid-ask está bastante amplia hoy debido a la alta volatilidad del mercado" o los clásicos "poca liquidez hoy, la MEJOR tasa que te puedo ofrecer es esa" o "la curva futura está con mucha skew esta tarde".

Pero también es posible ver algunas bodegas más sofisticadas utilizando cada vez más herramientas de tecnología y análisis de datos, como algoritmos de machine learning y simulaciones de Monte Carlo para gestionar eficazmente el riesgo de tipo de cambio en el flujo de caja. Esta última es una técnica que está ganando adeptos, ya que permite que los CFOs respondan a las siguientes preguntas: ¿Cuál es la probabilidad de una llamada de margen usando forwards u opciones? ¿Cuál es el tamaño de mi línea operativa para evitar riesgo de liquidez?

Nuestros "vecinos y rivales", Francia e Italia, están en el mismo juego y enfrentan los mismos obstáculos dentro y fuera del campo. La campaña 2023/24 será un reflejo de incertidumbres económicas en medio de conflictos militares persistentes y elecciones presidenciales reñidas como las de EE. UU., India y México. Los vencedores determinarán decisiones políticas cruciales que afectarán subsidios de fábrica, exenciones fiscales, controles regulatorios, barreras comerciales... Así, más volatilidad estará presente en el mercado de divisas. Llegará al podio aquel que tenga una gestión de riesgo proactiva centrada en la incertidumbre de los mercados financieros y trate de minimizar los efectos potencialmente adversos sobre la rentabilidad financiera de la empresa.

Por último, esta dedicación es necesaria para que podamos disfrutar de unas copas de vino en la comida con toda la tranquilidad ante todos los males económicos que nos acechan.

Un artículo de Matheus Zani
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