Un estudio revela la tolerancia de las variedades de uva a la sequía

El estudio analiza diversidad de variedades según su cavitación hídrica

Viernes 01 de Marzo de 2024

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El mundo del vino está en constante evolución, especialmente en este nuevo siglo donde las cambios se suceden a una velocidad de vértigo. Entre estos cambios se encuentra las temidas alteraciones globales del clima que ponen a prueba, día sí y día también, la resiliencia y adaptabilidad de las tradiciones y técnicas vitivinícolas como nunca antes.

Un estudio reciente llevado a cabo por el INRAE (Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia) y la Universidad de Burdeos se ha propuesto luchar contra esto, arrojando luz sobre un aspecto fundamental en la viticultura actual: la resistencia de distintas variedades de uva a la sequía. Esta investigación, pionera en su campo, ha establecido un ranking de treinta variedades de uva utilizadas globalmente, evaluando su tolerancia a este fenómeno climático cada vez más recurrente.

Para llevar a cabo este estudio, las viñas se cultivaron en invernaderos locales bajo las mismas condiciones ambientales, lo que permitió evaluar la resistencia de su sistema vascular al estrés hídrico. La herramienta clave en esta investigación ha sido el mega-cavitron, un dispositivo capaz de caracterizar la vulnerabilidad a la cavitación hídrica de las plantas mediante la medición del flujo de agua en las ramas. Sylvain Delzon, especialista en ecofisiología de INRAE y portavoz del equipo de investigación, destacó la importancia de este avance: "Hasta ahora, no habíamos podido medir la resistencia de las viñas a la sequía".

Según los datos obtenidos, variedades tradicionales como Ugni Blanc y Chardonnay se encuentran entre las más vulnerables, mientras que Pinot Noir, Merlot y Cabernet Sauvignon figuran entre las más resilientes. Varietales como Syrah, popular en el Valle del Ródano, y Sylvaner, típico de Alsacia, también se sitúan en el tercio superior del ranking.

Delzon señaló que, para la región de Burdeos, no hay urgencia en cambiar las variedades de uva basándose en este criterio, ya que sus años más secos han coincidido con las mejores cosechas. Aunque el rendimiento de la cosecha ha sido inferior al promedio, el estándar de calidad del vino ha sido excelente. Esto sugiere que las regiones vitivinícolas potencialmente más en riesgo no son necesariamente aquellas con climas áridos, sino aquellas con una proporción significativa de variedades vulnerables, como es el caso de Cognac en Francia y Marlborough en Nueva Zelanda. Por ello, Delzon recomienda diversificar el uso de variedades de uva, lo que permitiría limitar las pérdidas en caso de sequía y mejorar la resistencia a enfermedades.

En Estados Unidos, por ejemplo, aunque el Chardonnay ha sido ampliamente plantado, la presencia también del Pinot Noir disminuye el riesgo en comparación con las regiones antes mencionadas. Lassen County en California, con un 67% de Chardonnay y un 33% de Pinot Noir, podría ser una de las áreas vitivinícolas que sufran en caso de periodos de sequía.

El principio de funcionamiento del mega-cavitron, basado en la generación de una fuerza centrífuga para simular la sequía, permite comparar rápidamente la vulnerabilidad a la cavitation y, por ende, la tolerancia al estrés hídrico de diferentes especies o genotipos en menos de 20 minutos.

Esta investigación podría repercutir en la introducción de variedades resistentes al mildiú, de las cuales actualmente se autorizan unas 40 para el cultivo de viñedos en Europa. Curiosamente, algunos híbridos, modificados genéticamente para resistir enfermedades, parecen ser los menos resistentes al estrés hídrico. Tres nuevas variedades del programa ResDur, incluidas en el catálogo oficial de viticultura francesa en 2018, fueron las más sensibles a la sequía.

Delzon subraya la importancia de elegir las variedades de uva basándose en criterios multifactoriales, no limitándose únicamente a la resistencia al calentamiento global o a las enfermedades. Con el objetivo de monitorizar mejor los perfiles de los viñedos a nivel mundial, está creando un mapa de las áreas vitivinícolas del hemisferio norte para identificar cuáles son las más afectadas por la sequía.

Este estudio no solo subraya la necesidad de una adaptación y diversificación en la elección de variedades de uva frente al cambio climático, sino que también abre caminos hacia una viticultura más sostenible y consciente del medio ambiente.

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