El Cava se arma contra el cambio climático

La DO crea un fondo de provisión para hacer frente a las sequías

Lunes 22 de Abril de 2024

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Viñedos de la DO Cava
Viñedos de la DO Cava. Foto DO Cava

El mundo del vino se enfrenta en los últimos tiempos a desafíos constantes, y una de las amenazas más serias en la actualidad es el cambio climático, que golpea con especial fuerza a las regiones vinícolas. La Denominación de Origen (DO) Cava, consciente de las dificultades que se ciernen sobre sus viñedos, ha decidido tomar cartas en el asunto con medidas proactivas que aseguren la continuidad y la calidad de su producción.

La sequía, ese fenómeno cada vez más frecuente en muchas partes del mundo, incluida Cataluña, zona neurálgica para la producción de cava, ha llevado a los responsables de esta prestigiosa DO a establecer un fondo de provisión. Este fondo no es más que una reserva estratégica de vino base, destinada a ser utilizada en tiempos de cosechas menguadas por la falta de lluvia. Cabe destacar que esta iniciativa no es única en el mundo del vino, pues denominaciones tan renombradas como Rioja en España y Champagne en Francia cuentan con sistemas similares.

En detalle, la creación de este fondo implica cambios significativos en la reglamentación vigente que regula la producción del cava. Entre las medidas adoptadas, destaca el aumento del rendimiento máximo permitido por hectárea. Tradicionalmente limitado a 12.000 kilos de uva, este tope se ha elevado a 15.000 kilos, permitiendo así acumular un excedente que fortalecerá el fondo de emergencia. Además, se ha ajustado el porcentaje de extracción o prensado, que pasa del 67% al 74%. Estos ajustes técnicos permitirán obtener una mayor cantidad de vino base a partir de la uva cosechada, optimizando los recursos disponibles.

Otra novedad relevante es la permisividad para incorporar uvas de parcelas que, aunque ubicadas dentro del territorio de la DO Cava, no estaban inscritas en el registro oficial de explotaciones. Estas uvas podrán constituir hasta el 15% del vino base almacenado en el fondo de provisión. Sin embargo, es importante señalar que el uso de este fondo se restringe a la producción de cavas de guarda, excluyendo aquellos de guarda superior, que requieren un proceso de crianza más prolongado y meticuloso.

El presidente de la entidad reguladora del cava, Javier Pagés, ha expresado la necesidad de esta medida con claridad: la inestabilidad climática ya no permite postergar decisiones que garanticen la sostenibilidad de la producción. Aunque en el pasado el clima permitía prever con mayor certeza el desarrollo de las cosechas, la realidad actual es otra, y requiere soluciones innovadoras como la que ha implementado la DO Cava.

Así, frente a un panorama desafiante, la DO Cava no solo refuerza su capacidad de adaptación ante la adversidad climática, sino que también envía un mensaje de compromiso con la calidad y la continuidad en la elaboración de uno de los espumosos más apreciados a nivel mundial. Este tipo de iniciativas podría marcar un precedente para otras regiones vinícolas que también enfrentan los embates del cambio climático, demostrando que la anticipación y la adaptación son fundamentales en la viticultura del siglo XXI.

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