Úrsula Marcos
Viernes 03 de Marzo de 2023
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Son muchos los amantes del vino que emplean elementos decorativos en torno a la vid y el vino. Barricas, como mesas y bancos, botellas como lámparas, troncos de vid en jarrones y paredes... son solo algunos ejemplos. Pero, ¿por qué no usar una vid natural como planta ornamental?
Cultivar una parra virgen en maceta es sencillo, siempre que tengas en cuenta algunos cuidados básicos para que la planta arraigue y crezca adecuadamente. La parra es una planta trepadora de crecimiento relativamente rápido y que ofrece un bonito colorido y frondosidad. Veamos cómo plantarla y cómo debe ser el cuidado de la parra para disfrutar de toda su belleza.
La parra virgen o Parthenocissus quinquefolia, es una planta trepadora y leñosa nativa de América del Norte. También se conoce como parra virgen a la Parthenocissus tricuspidata, en este caso originaria de Japón y muy parecida a la anterior, aunque con algunas diferencias en la forma de las hojas.
Es una de las trepadoras más populares gracias a su resistencia y su capacidad para crecer en diferentes climas y ambientes. Se utiliza en jardinería para cubrir muros, vallas y pérgolas y tiene un carácter ornamental. La parra virgen es una planta que da pequeños frutos, parecidos a la uva, pero que no son comestibles para los humanos.
Se trata de una planta caducifolia, que pierde sus hojas en otoño. Sus hojas son grandes, de forma palmada y de color verde oscuro brillante en verano. Es una planta especialmente bonita en otoño, ya que la coloración de sus hojas cambia y ofrece una paleta otoñal donde destacan los colores amarillos y rojizos.

La parra virgen es una planta muy resistente y fácil de cuidar, que prefiere un suelo bien drenado y rico en nutrientes. Es tolerante a una amplia variedad de condiciones de luz y suelo, aunque crece mejor con una exposición parcial al sol. Además, soporta temperaturas extremas, lo que la hace una excelente opción para climas cambiantes.
Antes de empezar a plantar, es importante destacar que la parra virgen contiene ácido oxálico. Por eso no se deben ingerir sus frutos, aunque su desagradable sabor ya advierte de que puede ser toxica. El contacto con el ácido oxálico puede causar irritación en la piel y reacciones alérgicas en algunas personas, por lo que es recomendable usar guantes al manipular la planta.
La parra virgen es muy adaptable. Pero para conseguir que crezca tupida y que sus hojas tengan una buena intensidad de color, hay que buscar una ubicación óptima. Es mejor plantarla en un lugar en semisombra y cerca de un muro, pérgola o estructura vertical donde pueda trepar. La mejor orientación para esta planta es al este o al norte.
Esta trepadora necesita de espacio suficiente para crecer. Selecciona una maceta lo suficientemente grande para permitir que la plantase desarrolle. Lo ideal es que la planta tenga un espacio mínimo de 50 centímetros de diámetro y la misma profundidad. Así, las raíces tendrán sitio y la planta crecerá a buen ritmo.
La parra virgen necesita de un riego suficiente, sobre todo en la etapa de crecimiento, pero sin que la tierra quede encharcada. Por eso, es importante que la maceta tenga agujeros de drenaje en la parte inferior para permitir que el exceso de agua se escurra. No coloques un plato bajo la maceta, ya que las raíces pueden pudrirse.
Como sustrato, te recomendamos una mezcla de tierra enriquecida, mantillo y abono. La tierra debe quedar suelta y bien mezclada. Es recomendable renovar el sustrato cada dos años.
Coloca la parra virgen en la maceta, asegurándote de que la base del tallo esté nivelada con la superficie de la tierra. Rellena la maceta con más tierra hasta que la planta esté bien asentada. Deja un espacio sin rellenar de al menos 2,5 centímetros en la parte superior de la maceta para permitir el riego.
Riega la planta para asentar la tierra y asegurarte de que tenga suficiente agua sin que la tierra quede encharcada.

El cuidado de la parra virgen es sencillo y muy gratificante, ya que con solo algunas recomendaciones tendrás una planta frondosa y grande en un par de años.
Además de mantener una humedad correcta, nunca excesiva. La vid es una planta que no necesita mucha agua.
También es necesario fertilizar la parra una vez al año. Los fertilizantes ricos en nitrógeno ayudan a estimular el crecimiento de las hojas. Escoge una que sea soluble en agua.
Los mejores abonos para la parra virgen son los orgánicos, como el hummus de lombriz. Se abona en otoño y a finales de invierno, cuando empieza la nueva brotación.
La parra virgen crece rápidamente y si no se poda crecerá desordenada. Es importante podar las ramas muertas o enfermas en cualquier momento del año. Además, es recomendable podar las ramas largas y delgadas en invierno para fomentar un nuevo crecimiento saludable en primavera. Para que la planta crezca en una dirección específica, utiliza un enrejado para guiar su crecimiento.
La parra virgen puede tener problemas como plagas de ácaros, cochinilla y se puede ver afectada por hongos como el oídio. Afortunadamente, es una planta bastante resistente a las enfermedades.
La vid es una planta de exterior pero con una gran capacidad de adaptación y resistencia al estrés, por lo que con los cuidados anteriormente descritos puede adaptarse, en sus versiones más pequeñas, al interior de hogar o establecimientos.
Disfrutar de una parra virgen en maceta es sencillo si sigues estos consejos para cultivarla. Con un riego adecuado, nutrientes suficientes y una poda regular, tendrás una parra virgen colorida, frondosa y sana.
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