Jueves 28 de Septiembre de 2023
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La sequía, fenómeno que ha afectado a buena parte de España durante este último verano, ha sido una característica predominante en la vendimia 2023 de la DOP Bullas. Sin embargo, lejos de ser una amenaza insuperable, ha dejado a su paso uvas de una calidad extraordinaria. A pesar de la reducción en la cantidad de kilos de uva cosechados, la naturaleza ha compensado con uvas de salud y calidad inigualables, presagiando una añada de vinos sobresalientes.
La vendimia, en regiones vitivinícolas de calidad reconocida como la DOP Bullas, siempre es un periodo de expectación y meticulosidad. Las condiciones climatológicas juegan un papel fundamental en la determinación de la calidad de las uvas, las cuales, a su vez, definirán la calidad del vino resultante.
La sequía, que afectó ampliamente a España, no fue excepción en los viñedos de la DOP Bullas. Aunque esta situación climática redujo la producción en cerca de un 40%, las variedades de uva, y en especial la Monastrell, mostraron una calidad sobresaliente. La sequía, de alguna manera, ha funcionado como un filtro natural, dejando uvas con un excelente estado de salud.
Es destacable mencionar que, salvo algunas variedades que resultan ser más sensibles al estrés hídrico, la mayoría de las viñas presentaron bajos niveles de carga y estuvieron prácticamente exentas de enfermedades. La falta de humedad y la ausencia de tormentas severas en los meses que precedieron y durante la vendimia favorecieron este ideal estado de salud.
La vendimia de la DOP Bullas es especialmente prolongada, extendiéndose hasta dos meses. Si bien la sequía anticipó la recolección en variedades tempranas, como la Garnacha Tintorera, el resto no mostró cambios significativos en su periodo de maduración. Esto demuestra la resilencia de la región DOP Bullas ante los desafíos presentados por el cambio climático.
El año, desde una perspectiva climática, presentó sus desafíos. Las lluvias en junio, que arribaron cuando la viña ya había brotado, y algunos daños puntuales por pedrisco, pusieron a prueba a los viñedos. No obstante, el presidente de la DOP Bullas mantiene una visión optimista. En sus palabras, la añada será recordada por la excelencia de sus vinos, gracias a la incomparable calidad de la uva, especialmente la Monastrell, que se adapta de forma excepcional al clima y altitud característicos de la región.
Una de las fortalezas de la DOP Bullas radica en la vastedad de su territorio. Esta amplitud geográfica actúa como un seguro ante eventos climáticos extremos, y junto con la diversidad de variedades y terrenos, asegura la producción de vinos de calidad consistente año tras año.
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