España, gigante agroalimentario del vino y el aceite de oliva

España se consolida como líder mundial en producción de vinos y aceite de oliva al superar los tres millones y medio de hectáreas

Lunes 08 de Enero de 2024

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La industria agroalimentaria en España, enfocada en el sector del aceite de oliva y la viticultura, ha experimentado una transformación notable en la última década, posicionando al país como un líder indiscutible en el ámbito global. Este desarrollo se ha visto impulsado no solo por el incremento en la superficie cultivada, sino también por la adopción de prácticas agrícolas más eficientes y una notable modernización del sector. Un análisis detallado de Cocampo revela múltiples factores y tendencias que subrayan la relevancia de España en estos mercados a nivel internacional.

La viticultura española: una tradición en expansión

El sector vitivinícola español se ha consolidado como un referente a nivel mundial. España ostenta la mayor superficie de cultivo de viñedos del mundo, con un total de 933.092 hectáreas. De estas, 646.001 hectáreas corresponden a secano (69,2%) y 287.091 a regadío (30,8%), lo que demuestra un equilibrio entre las prácticas tradicionales y las técnicas de irrigación más modernas. Además, el vino es la bebida más exportada de España y el tercer alimento más vendido en el mundo, tras la carne de cerdo y el aceite de oliva.

Según datos recopilados por Cocampo, cabe destacar que el 96% de la superficie vinícola española se encuentra bajo alguna denominación de origen o calidad, garantizando así la excelencia y singularidad de los vinos producidos. De la superficie total, un 98,1% se dedica a la producción de uva para vinificación, lo que pone de manifiesto la especialización y el enfoque en la calidad que caracteriza al sector.

La producción vitivinícola ha visto un incremento de 44 mil toneladas en la última década, resultado de mejoras en la productividad y rendimiento de los cultivos, así como la implementación de nuevos sistemas de plantación. Este incremento en la producción ha llevado a una revalorización del terreno dedicado al cultivo de viñedo, alcanzando un valor medio de 16.465 euros por hectárea en 2020, lo que representa un aumento del 5,7% respecto a 2017.

El Ascenso del sector olivícola en España

El cultivo del olivo, tradicionalmente arraigado en la cultura agrícola española, ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. Según Cocampo, España cuenta con un total de 2.623.721 hectáreas dedicadas a la olivicultura, de las cuales un 77,8% se desarrollan en secano y un 22,2% bajo sistemas de regadío. Este aumento, que alcanza un 4,8% desde 2011 hasta 2020, refleja no solo una expansión territorial sino también una mayor eficiencia en el uso de los recursos hídricos.

Andalucía, en particular, se erige como la región preeminente en la producción tanto de aceite de oliva como de aceitunas de mesa. Este liderazgo se traduce en un impacto significativo en la economía regional y nacional, consolidando la posición de España como principal productor y exportador a nivel mundial.

El país representa el 62% de la producción de aceite de oliva dentro de la Unión Europea y un 17% a nivel global. Más del 65% de la producción se destina a la exportación, llegando a más de 160 países. Este volumen de comercio exterior resalta la importancia del sector olivarero español, no solo en términos de producción sino también en su capacidad para penetrar en mercados internacionales.

Modernización y Eficiencia: Claves del Éxito

Estas cifras reflejan una modernización y eficiencia crecientes en ambos sectores. La plataforma Cocampo, líder en el mercado de suelo rústico en España, reporta un promedio de más de 250 búsquedas mensuales por olivares y viñedos, con más de 200 anuncios activos que representan fincas con una extensión promedio de más de 200 hectáreas y un valor medio de más de tres millones de euros. En el caso específico de los viñedos, el valor medio de la hectárea asciende a 94.419 euros, mientras que en los olivares alcanza los 44.360 euros.

Este panorama refleja no solo la salud económica de estos sectores, sino también la confianza y el interés que generan tanto en el mercado nacional como internacional. La expansión de la superficie cultivada, combinada con la adopción de prácticas agrícolas más eficientes y sostenibles, así como la adaptación a los cambios en los hábitos alimenticios y la creciente demanda de productos ecológicos, son factores clave en el éxito y consolidación de España como líder mundial en la producción de vino y aceite de oliva.

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