Antoni Carbó y Ramón Jané ganan los 30.000 euros en el Premio Vila Viniteca de Cata Por Parejas

Descubrir un vino no es solo catarlo; es viajar a través de sus aromas y sabores hasta su origen, conocer su historia, las manos que lo elaboraron y las viñas de donde proviene. Esta premisa cobra vida cada año en un evento que se ha convertido en un referente para los amantes del vino y profesionales del sector: el Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas. La 16ª edición de este concurso ha sido un claro ejemplo de pasión, conocimiento y habilidad, convirtiéndose en un emocionante encuentro que une a la comunidad vitivinícola.

Antoni Carbó, de la bodega La Salada, y Ramon Jané, de Mas Candí, ambos situados en el corazón del Penedès, han demostrado su excepcional destreza y profundo conocimiento del mundo del vino, alzándose como los ganadores de este año. Su triunfo no solo les ha otorgado reconocimiento entre sus pares, sino también un premio de 30.000 euros, un estímulo significativo que refleja la importancia y el prestigio de este galardón en el sector.

El segundo lugar fue para una dupla madrileña compuesta por David Villalón, de Angelita Madrid, y Delia Baeza, de La Fisna. Este equipo, que ha conseguido llevarse a casa 7.000 euros, ha demostrado que la pasión por el vino y la habilidad en la cata no conocen de fronteras ni de regiones. El tercer puesto, con un premio de 3.000 euros, recayó en Josep Gallego, de Verema, y David Carril, técnico de mantenimiento, quienes también dejaron su huella en este desafío de sabores y aromas.

La competición, sin embargo, va más allá de los premios económicos. Se trata de un desafío intelectual y sensorial donde los participantes deben identificar el país, la zona de origen, la denominación de origen, las variedades de uva, la añada, el elaborador y la marca de los vinos catados. Este año, la tarea no fue nada sencilla, dada la diversidad y complejidad de los vinos presentados. Pero más allá de la dificultad, este reto demuestra la riqueza y variedad del mundo vinícola, así como la importancia de promover una cultura del vino más profunda y detallada.

Quim Vila y Siscu Martí, socios y propietarios de Vila Viniteca, son los cerebros detrás de este evento tan meticulosamente organizado. La logística para llevar a cabo el concurso es impresionante: se utilizaron 5.200 copas Riedel, se abrieron 267 botellas de vino y el evento contó con la presencia de casi 1.500 personas. Además, los asistentes tuvieron la oportunidad de degustar 716 kg de más de 112 variedades diferentes de quesos, procedentes de 66 queserías seleccionadas por Ardai, y probar vinos de más de 67 bodegas. Este festín de sabores no solo enriquece la experiencia, sino que también subraya el espíritu de comunidad y celebración que rodea al mundo del vino.

El Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas se distingue por su singularidad, al ser una competición que se realiza en pareja. Esta modalidad no solo añade un elemento de colaboración y consenso, sino que también refleja una faceta esencial del disfrute del vino: compartir. Compartir opiniones, sensaciones y, sobre todo, compartir la experiencia de descubrir juntos cada vino. En este sentido, el premio se convierte en una valiosa plataforma para promover la cultura del vino, acercándola tanto a profesionales como a aficionados, y fomentando un espacio de encuentro, aprendizaje y disfrute mutuo.

Este año, el Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas ha vuelto a demostrar que el mundo del vino es un terreno fértil para el descubrimiento y la pasión. A través de la cata, la competición y el compartir, se teje una red de conocimientos, experiencias y emociones que enriquecen a todos los que participan, directa o indirectamente, en este evento. Así, el premio no solo celebra el vino, sino también a aquellos que, con cada copa, buscan entender un poco más sobre este maravilloso y complejo universo.