Pedro Ballesteros y María Antonia Fernández-Daza exploran la diversidad vinícola valenciana

Variedades autóctonas y proyectos innovadores bajo el sol mediterráneo

Martes 05 de Marzo de 2024

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Viajar a través de los viñedos y bodegas de una región vinícola es adentrarse en un mundo donde cada detalle cuenta y donde la pasión por el vino se transmite en cada copa. Esto es precisamente lo que experimentaron Pedro Ballesteros, Master of Wine de renombre internacional, y María Antonia Fernández-Daza, experta en vinos, en su reciente exploración por la Denominación de Origen Vinos de Valencia. Su aventura no solo fue un viaje sensorial a través de la cata de más de un centenar de vinos, sino también un encuentro profundo con la esencia y la identidad de este terruño tan especial.

La Denominación de Origen Vinos de Valencia se compone de cuatro subzonas distintas: Clariano, Alto Turia, Moscatel y Valentino. Cada una de estas áreas aporta algo único a la paleta de sabores y aromas de la región, reflejando la diversidad del paisaje, del clima y, sobre todo, de las variedades autóctonas de uva que aquí se cultivan. La visita de estos expertos fue una oportunidad excepcional para que los bodegueros compartieran de primera mano sus proyectos, su visión y la singularidad de sus vinos.

La globalización del mercado vinícola presenta desafíos y oportunidades para las denominaciones de origen como Valencia. En este contexto, la vuelta a las raíces y el enfoque en variedades autóctonas no solo es un acierto, sino una necesidad para transmitir la autenticidad y el carácter único de los vinos de la región. "La Denominación de Origen Vinos de Valencia está construyendo una identidad vinícola propia, singular y altamente interesante", señalaba Pedro Ballesteros. Esta afirmación se sostiene en el trabajo de jóvenes enólogos y bodegueros que, con una fuerte determinación, están poniendo en valor el conocimiento profundo del territorio y su historia vitivinícola.

La subzona del Clariano, por ejemplo, es un claro reflejo de este enfoque. Variedades tradicionales como el Arco, Forcallat, Garnacha Tintorera, Mandó, Bonicaire, Monastrell para tintos, y Verdil o Malvasía para blancos, están demostrando un potencial extraordinario. Estos vinos rompen con el estereotipo de los vinos mediterráneos, ofreciendo frescura, vivacidad y expresividad sin caer en la pesadez. "Encontramos vinos delicados, sin pesadez, florales", comentaba Ballesteros, destacando la elegancia de los taninos y su agradable presencia desde el primer sorbo.

La visita a Alto Turia desveló el potencial de la Merseguera de altura, capaz de producir vinos elegantes, pulidos y frescos. Esta zona está emergiendo como un punto de interés gracias a proyectos vitivinícolas que están poniendo de manifiesto su capacidad de crecimiento. La confianza en el producto y en su potencial es clave para atraer la atención de la crítica y del mercado.

El viaje concluyó en la zona de Moscatel-Valentino, donde además de los reconocidos vinos tranquilos, pudieron degustar dulces de guarda, vinos de licor y espumosos aromáticos de alta calidad. Este estilo de vinos, en auge en el mercado, promete aportar grandes satisfacciones a la zona.

La Denominación de Origen Vinos de Valencia se encuentra en un momento emocionante de su evolución. La visita de Pedro Ballesteros y María Antonia Fernández-Daza no solo ha servido para poner de relieve la calidad y la tipicidad de sus vinos, sino también para reforzar la idea de que el futuro del vino no radica en buscar la perfección absoluta, sino en expresar la máxima identidad y tipicidad posible. En palabras de Salvador Manjón, Presidente de la DO Valencia, el reconocimiento por parte de la crítica y el mercado situará a esta denominación como una referencia clave en el panorama vinícola, contribuyendo a la dignificación y reconocimiento de sus viticultores y su legado.

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