Martes 04 de Junio de 2024
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Conseguir que las viñas sean más resilientes ante la sequía es uno de los grandes retos para el sector vitivinícola y lo seguirá siendo durante las próximas décadas. La agricultura regenerativa puede ser una gran ayuda en este sentido. Por ello, el 4º Simposio de Viticultura Regenerativa, celebrado el pasado lunes 3 de junio en el VINSEUM de Vilafranca del Penedès, se centró en las estrategias que se pueden implementar para hacer frente al problema del agua en las mejores condiciones posibles.
Organizado por la Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR) con el apoyo de INNOVI, el simposio reunió a expertos y académicos para profundizar en las prácticas regenerativas que pueden mitigar el impacto de las sequías y adaptar los cultivos a la crisis climática. La bienvenida del acto, presentado por la periodista Margalida Ripoll, redactora jefe de la revista Arrels, y retransmitido en streaming, estuvo a cargo del concejal de Promoción Económica y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès, Miquel Medialdea, y de la socia fundadora de la AVR y presidenta de INNOVI, Mireia Torres. Torres explicó cómo en tres años la asociación ha crecido de cinco socios iniciales a más de cien, señalando que la viticultura regenerativa, basada en devolver la vida a los suelos, genera cada vez más interés y se percibe como un modelo vitícola viable en la situación actual.
La encargada de abrir las ponencias fue la Dra. Mª Carme Llasat, catedrática de Física de la Atmósfera de la Universitat de Barcelona (UB). Experta en riesgos meteorológicos y cambio climático, Llasat explicó la relación entre estos fenómenos, la agricultura y los recursos hídricos en la región mediterránea. Subrayó que "el aumento de temperatura es superior a las previsiones", un hecho preocupante que afecta las precipitaciones, con menos agua y distribuida entre sequías y episodios de lluvias torrenciales. Llasat destacó los problemas que esto causará en una región con una población creciente: episodios de escasez y disminución de la calidad del agua. Concluyó que soluciones como las aportadas por la agricultura regenerativa serán necesarias.
Para concretar esta situación en el sector de la viticultura, la Dra. Elena Baraza, profesora de Ecología en la Universitat de les Illes Balears (UIB) e investigadora del Instituto de Investigaciones Agroambientales y de Economía del Agua, se centró en las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático que se pueden adoptar. Señaló la necesidad de "mejorar los balances hídricos", optimizando la eficiencia en el uso del agua mediante un mejor manejo del paisaje, el uso de agua regenerada y sistemas de riego extremadamente eficientes. También destacó la importancia de reforzar la capacidad de absorción del suelo y evitar la pérdida por evapotranspiración con técnicas como las cubiertas vegetales, la agroforestería y la mejora de la interacción con los organismos del suelo. Además, subrayó la investigación en variedades resistentes a la sequía y en fenotipos concretos dentro de las variedades actuales.
Dentro de las propuestas innovadoras para el futuro del sector, uno de los conceptos destacados es la agroforestería vitivinícola. La bióloga y doctora en agroecología Laura Armengot, experta en prácticas agrícolas sostenibles y sistemas agroforestales, explicó que la agroforestería incluye plantas leñosas perennes y animales en los cultivos. Este método, cercano a la agricultura mediterránea tradicional, se ha perdido desde el siglo XIX para dar lugar a los monocultivos. Armengot resaltó que la agroforestería mantiene la producción y calidad, mitiga el cambio climático, mejora la biodiversidad, aumenta la fertilidad del suelo y limita el impacto de las plagas, además de permitir diversificar los ingresos más allá de la viña.
Desde el punto de vista de los productores, Julián Palacios, miembro de una nueva generación de profesionales que respetan el entorno y valoran el trabajo en la tierra, intervino para hablar de Viticultura Viva, una iniciativa que ayuda a las bodegas a mejorar el equilibrio de las viñas y alargar la vida de las cepas. Palacios destacó la importancia de la agroecología, un enfoque científico y político para cambiar la base del sistema, y de evitar el "greenwashing", entendiendo la agricultura regenerativa en su totalidad. También habló de la poda de respeto y de recuperar las podas en verde.
Sergi Caballero, agricultor, ganadero y consultor, cofundador de la Cooperativa Mas Les Vinyes, explicó la importancia de la "rehidratación del paisaje". Caballero afirmó que es fundamental observar los patrones de la naturaleza para aprender a relacionarse mejor con un planeta en cambio. Destacó la importancia del humus para impedir la erosión y asegurar que el suelo acumule el máximo de agua posible cuando llueve. Concluyó que trabajar la tierra para mejorar la presencia de materia orgánica es vital para la salud del suelo y de los ecosistemas agrícolas.
Ángel Perurena, jardinero especializado en manejo holístico, permacultura y agricultura regenerativa y sintrópica, cerró las ponencias hablando de cómo la agroforestería regenerativa puede aplicarse a la jardinería. Explicó que las plantas y árboles son especialistas en condensar el agua de la atmósfera, lo que puede ayudar a recuperar la humedad y compensar la reducción de precipitaciones.
El cierre de la jornada estuvo a cargo del director de INNOVI, Eloi Montcada, y del vicepresidente de la AVR, Francesc Font. Montcada valoró el gran nivel de los ponentes y la manera clara en que explicaron conceptos complejos. Font destacó el papel de la asociación como punto de encuentro para compartir conocimientos y la importancia del nuevo sello de viticultura regenerativa, que da visibilidad a las bodegas y viticultores comprometidos con la regeneración de los suelos.
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