Descubriendo el artel del vino con Riedel

Saber de vinos incluye tener la cristalería adecuada

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Miércoles 31 de Julio de 2024

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Un sommelier es un vendedor de placer, pues ofrece uno de los elixires más potentes y hedonistas que se pueden disfrutar en público: el vino. El vino es placer y el placer se presenta íntimamente asociado a nuestra naturaleza. El propio Aristóteles afirmaba que el hombre está hecho de tal manera que lo agradable le parece bueno, y lo penoso le parece malo. Placer en griego significa hedoné, es el origen de la palabra hedonismo y del nombre de los hedonistas, los buscadores constantes que mediante la práctica se acercan a su ideal de placer.

Beber vino es un placer y como tal, cuánto más se comprende más se goza, en especial cuando se involucran las copas adecuadas para descubrir sin distorsiones las características de las cepas y del paso por barrica. Riedel es la única marca de cristalería que desde hace 268 años, ha creado copas para cada variedad de uva, a través de delicadas creaciones que las han llevado a ser reconocidas como las únicas copas funcionales. Mediante cada diseño, se exaltan los componentes aromáticos y de sabor de cada variedad de uva.

Beber vino va más allá de abrir una botella y servirlo en la copa, sino que se consideran sus matices, los límites del placer y las circunstancias que lo propician. El saber beber es un aprendizaje que algunos logran elevar al más alto refinamiento, y para aprender, lo primero es tener la decisión de hacerlo y perder el miedo de acercarse, y claro invertir en el proceso.

Saber de vinos incluye tener la cristalería adecuada, un encanto que gracias a Riedel se extiende por los sentidos desplegando los secretos que se esconden en cada botella. Al ser una bebida mundial, una auténtica herencia de la humanidad, todos pueden convertirse en amantes del vino y dejarse llevar por las dulces reacciones que provoca en el cuerpo.

El primer paso para iniciar el camino hacia el hedonismo vinícola es comprar en una tienda donde se venden productos de calidad. Al comprar una caja de botellas variadas en uvas, cosechas y añadas, se tienen varias oportunidades nuevas de probarlos con cenas o comidas diferentes y descubrir por nuestra cuenta lo que una descripción no puede transmitir. Sus propios matices, la diferencia de sabor obtenida por sus añadas y por sus crianzas, hacen que estos vinos del mismo grupo sean diferentes entre sí, comportándose de manera muy particular con ciertos alimentos. Es muy aconsejable tomar notas de lo más relevante en cuanto a la sensación de agrado, pues así se podrán comprar botellas muy similares a las que tuvieron mejor sabor de boca.

Así, bebiendo y hablando sobre vino es como se aprende. Sí, ni más ni menos que como cualquier otro placer. Recuerdo un cartel en un wine bar en Estados Unidos que resume sabiamente lo que es el placer de beber vinos: "aquí no esperamos una ocasión especial para beber un vino especial. Beber el vino es la ocasión especial."

www.debybeard.com.mx

Un artículo de Deby Beard
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