Moriles recupera una tradición ancestral

Bodegas Robles seca uvas al sol en paseras

Martes 20 de Agosto de 2024

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La reciente iniciativa de Bodegas Robles de recuperar la tradición de las paseras en Moriles representa un esfuerzo significativo por preservar técnicas vitivinícolas ancestrales. La familia Robles ha comenzado a extender los primeros racimos de uva Pedro Ximénez en las paseras del Lagar de los Dolores, un pago ubicado en Moriles Altos. Este método consiste en secar las uvas al sol, una práctica que había caído en desuso pero que ahora vuelve a formar parte del paisaje de la región, gracias a la determinación de la bodega por mantener viva esta tradición.

Las uvas Pedro Ximénez, cultivadas de forma ecológica, son cosechadas manualmente y extendidas en paseras, seleccionadas cuidadosamente por su ubicación geográfica y las características del terreno. Durante un periodo que puede variar entre cuatro y diez días, las uvas se deshidratan naturalmente bajo el sol. El proceso es delicado y exige atención constante, pues las uvas deben ser giradas manualmente para asegurar un secado uniforme que garantice la calidad final del producto.

Bodegas Robles ha aprovechado esta recuperación de las paseras para lanzar un nuevo proyecto en Moriles Altos, centrado en el cultivo ecológico de uvas Pedro Ximénez y Moscatel en un viñedo de 13 hectáreas. La elección de este pago no es casual, ya que las tierras albarizas de la zona son conocidas por su capacidad para producir uvas de gran calidad. Según Francisco Robles, gerente de la bodega, estas tierras, combinadas con las prácticas de agricultura ecológica, permiten obtener vinos que reflejan la esencia del terroir de Moriles.

El cambio climático ha tenido un impacto evidente en la viticultura de la región. Este año, las altas temperaturas del verano adelantaron la vendimia, obligando a iniciar el secado en paseras a mediados de agosto. Rocío Márquez, enóloga de Bodegas Robles, ha señalado que, aunque la cantidad de uva cosechada ha disminuido, la calidad ha mejorado gracias a unas condiciones primaverales favorables que favorecieron una maduración adecuada de la uva. La deshidratación de las uvas, que en otros años podía prolongarse hasta diez días, se ha completado este año en solo cuatro, debido a las temperaturas elevadas.

Bodegas Robles ha intensificado su compromiso con la sostenibilidad en respuesta a los retos que plantea el cambio climático. La utilización de cubiertas vegetales en el viñedo, una práctica que ha sido implementada con éxito por la bodega, actúa como una medida de protección frente a los efectos adversos del clima. Estas cubiertas ayudan a preservar la humedad del suelo, fomentan la biodiversidad y contribuyen a la fijación de carbono, reduciendo así las emisiones de CO2 y mejorando la fertilidad del suelo de manera sostenible. Francisco Robles ha subrayado que esta estrategia es fundamental para la adaptación de la viticultura a las nuevas condiciones climáticas y para garantizar la continuidad de la tradición vitivinícola en la región.

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