Jueves 14 de Noviembre de 2024
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La Denominación de Origen Ribera del Duero ha concluido la vendimia de 2024, un extenso periodo que se desarrolló entre el 28 de agosto y el 4 de noviembre. Durante 68 días, los viticultores sufrieron condiciones climáticas adversas, destacando entre ellas una de las primaveras más complicadas de la memoria reciente, marcada por heladas y episodios de granizo que impactaron de manera desigual los viñedos en toda la zona geográfica de la denominación.
El volumen de uva recolectado este año alcanzó los 95.496.603 kilos, lo que representa una reducción del 18,8% respecto a 2023. De esta cifra, el 99,35% corresponde a variedades de uva tinta, mientras que apenas el 0,65% pertenece a uvas blancas. Más de 5.000 viticultores, con 26.658 hectáreas inscritas, han llevado a cabo una vendimia caracterizada por la dedicación y la precisión. La recolección manual, que se utilizó en el 68,85% de los viñedos, sigue siendo la técnica predominante, destacando la apuesta por un método que garantiza la selección cuidadosa de cada racimo. La vendimia mecanizada se limitó al 31,15% del total, lo que muestra el compromiso de la región con la calidad por encima de todo.
Las dificultades climáticas comenzaron en primavera con heladas y granizos, seguidos por variaciones térmicas durante la vendimia y precipitaciones que alteraron las condiciones del campo en septiembre y octubre. Estas fluctuaciones climáticas afectaron desde la floración hasta la maduración de las uvas, poniendo a prueba la capacidad de adaptación de los viticultores. A pesar de estas adversidades, el clima también jugó un papel positivo en la concentración de aromas y sabores, permitiendo desarrollar uvas de calidad notable. El manejo estratégico de los tiempos de cosecha ha sido decisivo, según destacó Alberto Tobes, responsable de Viticultura y Enología del Consejo Regulador de Ribera del Duero. Tobes explicó que la coordinación entre la maduración alcohólica y fenólica permitió mantener la sanidad y el equilibrio de las uvas, a pesar de las condiciones difíciles.
La aplicación WebBacchus, desarrollada por el Consejo Regulador, se ha consolidado como una herramienta fundamental durante esta vendimia. Esta plataforma digital facilitó la supervisión y el control de calidad en cada fase, ofreciendo apoyo a los equipos de certificación y técnicos. Además, la presencia constante de personal especializado, como aforadores, auxiliares de campaña, coordinadores y auditores, ha sido esencial para garantizar que todos los procedimientos se cumplieran conforme a los altos estándares exigidos por la denominación.
Enrique Pascual, presidente de la D.O. Ribera del Duero, afirmó que las condiciones difíciles han resaltado la importancia de factores como la diversidad de suelos y la orografía de la región. Según Pascual, la añada de 2024 reflejará la combinación de estos elementos con la experiencia y habilidad de los bodegueros, dando lugar a una gama de vinos compleja y de alta calidad. La temporada ha servido también para demostrar la resiliencia y la capacidad de innovación de la denominación, aspectos que continúan afianzando su reputación internacional.
Los vinos de esta cosecha prometen una frescura y elegancia notables. Los blancos y rosados destacan por su aromaticidad y vivacidad, mientras que los tintos se presentarán con una estructura firme y matices complejos. Aunque la vendimia ha sido complicada, el trabajo y la dedicación de la Ribera del Duero aseguran que los vinos resultantes mantendrán el nivel de excelencia esperado. Los expertos y productores coinciden en que estos factores combinados permitirán a la añada 2024 posicionarse con fuerza en el mercado, subrayando una vez más la singularidad de una región que sigue demostrando su compromiso con la calidad frente a los retos naturales.
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