Viernes 07 de Febrero de 2025
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La bodega El Grifo, la más antigua de las Islas Canarias, ha adoptado la viticultura regenerativa en su totalidad. Este enfoque agrícola busca mejorar y restaurar el suelo y el ecosistema en el cultivo de los viñedos, fomentando la biodiversidad y la sostenibilidad. El proyecto, liderado por la enóloga Elisa Ludeña, se puso en marcha en noviembre de 2022 con el objetivo de mejorar la calidad del suelo.
La viticultura regenerativa se basa en tres pilares: la materia orgánica, los minerales y los microorganismos. Para mejorar estos aspectos, El Grifo ha implementado diversas técnicas, como el uso de cubiertas vegetales, el compostaje y la fertilización orgánica, y el policultivo. Estas prácticas buscan equilibrar el suelo, protegerlo de las temperaturas extremas, fomentar la proliferación de insectos beneficiosos y mejorar la infiltración del agua.
Tras analizar el suelo de sus fincas, El Grifo descubrió que, aunque rico en nutrientes y micronutrientes, estos no estaban equilibrados, lo que impedía que las plantas los asimilaran correctamente. Además, encontraron un desequilibrio entre las bacterias y los hongos, lo que indicaba un empobrecimiento del suelo.
Para solucionar estos problemas, la bodega ha implementado una serie de medidas. En primer lugar, ha comenzado a abonar el suelo con materia orgánica, utilizando abonos de concentración de materia orgánica conocida. También ha realizado enmiendas de minerales, basándose en análisis de suelo que mostraban la falta de algunos minerales o un desequilibrio entre ellos.
Además, han sembrado una mezcla de semillas (alfalfa, avena, centeno, chicharos, altramuces y habas) para mejorar la cubierta vegetal. Esta siembra se realiza aprovechando las primeras lluvias de invierno, para asegurar su brotación y evitar que compita con la vid. Una vez terminado su ciclo, las plantas se dejan secar y se extienden sobre el suelo para que continúen su descomposición y aporten beneficios al suelo.
El seguimiento de la maduración de las bayas en la parcela donde se llevan a cabo estas prácticas ha revelado que las uvas son de mayor tamaño y presentan colores más bajos en la etapa final de maduración, debido a que hay mayor masa foliar y las uvas no están tan expuestas a la insolación.
Con 250 años de historia, El Grifo sigue innovando y buscando soluciones a los retos del presente y del futuro. Su apuesta por la viticultura regenerativa demuestra su compromiso con la sostenibilidad y la mejora de la calidad de sus vinos.
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