La Rioja pierde casi 2.000 explotaciones agrarias en tres años

El sector vitivinícola, el más afectado por la crisis y el aumento de costes

Viernes 07 de Marzo de 2025

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El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado la disminución del número de explotaciones agrarias en La Rioja, que en los últimos tres años se ha reducido en 1.900 explotaciones, de las cuales 1.200 eran viñedos. Esta caída, que representa un 13,4% menos en el total de explotaciones, se produce en un periodo marcado por la crisis del sector vitivinícola y el aumento de los costes de producción.

El Censo Agrario de 2020 ya evidenció esta tendencia en toda España, donde el número de explotaciones agrarias descendió un 7,6% respecto a 2009, quedando en 914.871 explotaciones. Pese a esta reducción, la superficie agrícola utilizada (SAU) aumentó un 0,7%, alcanzando los 23,9 millones de hectáreas. Este fenómeno se explica por la desaparición de pequeñas explotaciones y el aumento de la superficie de las más grandes, que ahora promedian 26,37 hectáreas, un 7,4% más que en 2009.

En el caso de La Rioja, la estructura de sus explotaciones agrarias sigue dominada por las pequeñas fincas. En 1999, el 65% de las explotaciones contaban con menos de 5 hectáreas y el 89% con menos de 20. Esta tendencia se ha mantenido con el paso del tiempo.

La Rioja, con 47.189 hectáreas de viñedo que representan el 5% del total nacional, se encuentra actualmente atravesando una grave crisis en el sector vitivinícola. La caída del consumo de vino, especialmente entre los jóvenes, la competencia de otras denominaciones de origen y de productores internacionales, y el incremento de los costes de producción han agravado la situación. En la cosecha de 2023, los gastos de producción aumentaron un 14%, mientras que el precio que perciben los agricultores no ha crecido al mismo ritmo.

Una posible alternativa para aliviar esta crisis es la expansión del cultivo ecológico. En 2021, La Rioja alcanzó las 1.488 hectáreas de viñedo ecológico, lo que podría ayudar a diferenciar sus vinos en el mercado y atraer a consumidores que valoran la sostenibilidad.

Las causas de la pérdida de explotaciones agrarias en la región son diversas. Además de la crisis del sector vitivinícola, el envejecimiento de la población agraria y la falta de relevo generacional han tenido un fuerte impacto. Muchos jóvenes no encuentran atractiva la actividad agrícola y optan por otros sectores laborales. Además, el elevado precio de la tierra y el avance de grandes explotaciones agroindustriales dificultan la supervivencia de las pequeñas explotaciones familiares. En La Rioja, 42 explotaciones concentran el 33% de la tierra cultivada, mientras que 3.728 pequeñas fincas acceden a menos del 10%.

El cambio climático también representa una amenaza. La sequía, las olas de calor y otros fenómenos extremos afectan la producción agrícola e incrementan los gastos de explotación. Para contrarrestar estos efectos, el Gobierno de La Rioja ha promovido la modernización de regadíos como medida para mejorar la eficiencia del uso del agua.

Las consecuencias de esta pérdida de explotaciones se reflejan en varios aspectos. La disminución de la actividad agraria conlleva una reducción del empleo en las zonas rurales, que en 1999 suponía el 9% de la población activa en La Rioja. Esto se traduce también en una mayor despoblación rural. Además, la pérdida de explotaciones afecta negativamente a la biodiversidad, la economía local y el patrimonio cultural vinculado a las tradiciones agrícolas.

El problema no es exclusivo de La Rioja, aunque sí se ha sentido con mayor intensidad en esta región que en otras zonas del país. En el norte de España, donde las explotaciones tienden a ser más pequeñas, la disminución ha sido más pronunciada que en el sur, donde predomina una mayor concentración de la tierra.

El sector ganadero en La Rioja también ha experimentado cambios. Aunque el número de cabezas de ganado bovino ha crecido, la producción de aves ponedoras y el número de conejas ha disminuido. La cabaña ovina ha sufrido una fuerte reducción desde 1994, mientras que la producción porcina ha aumentado notablemente.

Para intentar frenar esta situación, se están impulsando diversas medidas en La Rioja. Las ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores buscan rejuvenecer el sector y fomentar el relevo generacional. También se está invirtiendo en la modernización de regadíos para mejorar la eficiencia en el uso del agua, así como en la promoción de la agricultura ecológica. Se están facilitando recursos para que los agricultores accedan a nuevos canales de comercialización y se promueve la formación en gestión empresarial, innovación y sostenibilidad.

El Gobierno de La Rioja, en colaboración con el sector agrario, ha propuesto además medidas específicas para mitigar los efectos de la sequía, como la flexibilización de los requisitos de los ecorregímenes y la solicitud de ayudas al Ministerio de Agricultura.

La incorporación de tecnología en las explotaciones agrarias se considera una herramienta clave para mejorar la eficiencia, reducir gastos y facilitar la toma de decisiones. Sensores, drones y sistemas de información geográfica están siendo promovidos como soluciones para facilitar la modernización del sector.

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