Viernes 13 de Junio de 2025
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El Vinseum de Vilafranca del Penedès ha acogido este jueves, 12 de junio, el V Simposio de Viticultura Regenerativa. El evento, organizado por la Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR) e INNOVI, ha reunido a expertos en gestión del suelo y captura de carbono para analizar cómo el sector vitivinícola puede contribuir a frenar la crisis climática. La jornada ha contado con la presencia de representantes institucionales como el alcalde de Vilafranca del Penedès, Francisco Romero, y el director general del INCAVI, Joan Gené. Ambos han subrayado la importancia de impulsar este tipo de encuentros para mostrar el compromiso del sector con la sostenibilidad.
Mireia Torres, presidenta de INNOVI y socia fundadora de la AVR, ha informado que la entidad cuenta ya con 125 socios repartidos en casi una decena de países. Esta red fomenta prácticas agrícolas sostenibles que buscan adaptarse a las nuevas exigencias derivadas del cambio climático.
El doctor en Agronomía Luis López Bellido ha abierto el turno de ponencias explicando el potencial que tiene la agricultura para almacenar carbono. Según sus datos, los suelos contienen entre dos y tres veces más carbono que la atmósfera y la vegetación juntas. Sin embargo, las prácticas agrícolas del siglo pasado han reducido esta capacidad natural. López Bellido ha señalado que es posible revertir esta situación si se aplican técnicas adecuadas y se aprovechan los avances científicos. El objetivo es que cada hectárea cultivada pueda retirar entre 0,8 y 4,5 toneladas anuales de CO2 equivalente.
Salvador Samitier, jefe del Servicio de Políticas Transversales y Acción Exterior del Departamento de Agricultura y exdirector de la Oficina del Cambio Climático, ha abordado el funcionamiento de los créditos de carbono. Ha explicado que un crédito equivale a una tonelada de CO2 equivalente, pero existen diferencias según su origen y certificación. Actualmente hay más de 90 metodologías aceptadas para certificar estos créditos, aunque no están armonizadas entre sí. Además, existen dos mercados principales: uno regulado por normativas y otro basado en prácticas voluntarias.
Samitier, junto al biólogo Carlos Alberto Torres y la ingeniera agrónoma Diana Jiménez del centro BETA de la Universidad de Vic, ha puesto sobre la mesa la necesidad de crear mecanismos unificados para evitar problemas como la doble contabilidad o las diferencias en certificaciones. También han insistido en que los créditos deben ser rentables y duraderos sin perjudicar otros aspectos medioambientales ni vulnerar derechos laborales o humanos. La demanda internacional por créditos procedentes de bosques y agricultura está aumentando, lo que hace aún más importante establecer reglas claras.
La agricultura regenerativa ofrece ventajas directas: reduce la huella de carbono en toda la cadena productiva, mejora las relaciones con proveedores y consumidores, ayuda a cumplir normativas ambientales y puede generar ingresos adicionales mediante créditos certificados. El centro BETA investiga cómo aumentar la fertilidad del suelo y cuantificar el carbono almacenado para facilitar este proceso.
En la segunda parte del simposio se han presentado técnicas para restaurar los suelos agrícolas. Los expertos han coincidido en que reducir el labrado, evitar pesticidas químicos e integrar ganadería en los cultivos son pasos clave para aumentar el carbono en el suelo y mejorar su salud biológica. La microbióloga Isabella Tomasi ha presentado una técnica basada en el equilibrio entre pH y potencial redox del suelo. Según Tomasi, mantener un pH neutro ligeramente alcalino (entre 7,2 y 7,5) junto a un potencial redox reducido (430-450 mV) favorece una fisiología vegetal activa y resiliente. Esto estimula la actividad microbiológica beneficiosa y refuerza las defensas naturales de las plantas.
Tomasi recomienda emplear bioestimulantes lactofermentados o compuestos ricos en materia orgánica para corregir desequilibrios y potenciar la microbiota del suelo. Los suelos tratados así contienen más oligoelementos, enzimas y antioxidantes naturales que contribuyen tanto a la vitalidad del viñedo como a reducir las emisiones asociadas al cultivo.
Amaia Nogales, investigadora del IRTA, ha expuesto los primeros resultados sobre inoculación de hongos micorrízicos combinados con cubiertas vegetales. Estos hongos establecen simbiosis con las raíces aportando nutrientes y agua a cambio de compuestos carbonados. Su presencia aumenta la resistencia frente a patógenos y sequías, reduce la mortalidad tras plantaciones nuevas y mejora la estructura del suelo. Nogales advierte que las prácticas intensivas destruyen estos hongos beneficiosos; por eso su equipo estudia cómo recuperarlos.
Xavier Domene ha presentado Regenera.cat, un proyecto impulsado por CREAF orientado a mejorar la biodiversidad tanto superficial como interna del suelo agrícola. Este trabajo incluye acciones sobre depredadores naturales de plagas o polinizadores e incide también en los hábitats adyacentes al viñedo.
El cierre del simposio ha corrido a cargo de Marc Viñas y Felicidad de Herralde (IRTA), quienes han presentado Vitiregenere. Este proyecto evalúa el impacto real de aplicar técnicas regenerativas midiendo parámetros fisicoquímicos y diversidad microbiana en diferentes suelos vitícolas. Las primeras conclusiones apuntan a mejoras en varios indicadores relacionados con el secuestro de carbono aunque será necesario más tiempo para conocer su alcance total según cada tipo concreto de suelo.
Como herramienta práctica inmediata se ha puesto a disposición un manual con buenas prácticas dirigido a quienes deseen orientar su actividad agrícola hacia modelos más sostenibles basados en regeneración del suelo y captura efectiva de carbono.
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