La vendimia en Mallorca alcanza el 30% de la producción prevista y suma nuevas variedades locales

La digitalización agiliza la gestión y mejora la trazabilidad en un sector que crece en superficie y número de bodegas

Lunes 25 de Agosto de 2025

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La vendimia en Mallorca alcanza el 30 por ciento de la producción prevista y suma nuevas variedades locales

La vendimia de este año en Mallorca avanza a buen ritmo. Las bodegas que forman parte de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Vi de la Terra Mallorca ya han recogido 1.981.156 kilos de uva, lo que supone un 30% de la producción estimada para esta campaña. Así lo ha explicado Magdalena Mesquida, presidenta de Vi de la Terra Mallorca, durante un encuentro celebrado este lunes en la bodega Sa Cabana, situada en Binissalem.

Las variedades que primero han llegado a las bodegas son las más tempranas. Entre las blancas figuran Chardonnay, Sauvignon blanc y Giró; entre las tintas, Merlot. En estos días se prepara también la recogida de Manto Negro, una variedad local que se emplea para vinos más ligeros.

Este año, el número de variedades locales que podrán comercializarse bajo la marca Vi de la Terra Mallorca aumentará. Algunas como Escursac, Giró Negre y Esperó de Gall ya se están recolectando y se encuentran en proceso de autorización. Se espera que puedan llevar la etiqueta IGP a partir del próximo año, gracias al trabajo del Consejo Regulador para incorporar nuevas variedades autóctonas dentro de la normativa.

Actualmente, 330 viticultores y 84 bodegas están adscritos a Vi de la Terra Mallorca. En total suman 1.923 hectáreas de viñedo en producción, treinta más que el año pasado. Según Mesquida, el sector sigue creciendo tanto en número de bodegas como en superficie cultivada. La presidenta ha señalado que contar con más de ochenta bodegas repartidas por toda la isla permite tener una visión amplia sobre las particularidades del cultivo según cada zona.

La campaña actual se presenta más generosa que la anterior y permitirá recuperar niveles de producción previos. Sin embargo, existen diferencias según la zona. En Binissalem puede haber una reducción por falta de lluvias, mientras que en Porreres se prevé una recuperación moderada tras varios años marcados por el estrés hídrico debido a la sequía. Las previsiones más favorables son para las variedades locales, que muestran mejor adaptación a los cambios climáticos y resisten mejor tanto la escasez de agua como el calor.

Las lluvias han sido escasas en algunas zonas del interior pero se han distribuido mejor que el año pasado y han llegado en momentos clave como abril, mayo y julio. Esto ha favorecido el desarrollo de las plantas en áreas como Serra de Tramuntana y es Migjorn. Las temperaturas también han sido adecuadas salvo durante las olas de calor registradas en junio y agosto.

En cuanto a calidad, las lluvias primaverales han beneficiado la floración pero han obligado a extremar la vigilancia frente a enfermedades como el mildiu o el mosquito verde. El control realizado hasta ahora permitirá obtener uvas sanas y con buena calidad. Además, las temperaturas suaves de julio han aportado una acidez algo mayor en las variedades blancas, lo que dará lugar a vinos más equilibrados.

Mesquida ha recordado que una cosecha es fruto del trabajo acumulado durante años y no solo del esfuerzo realizado en una campaña concreta. El vino es un producto agrícola y cultural donde la vendimia representa un momento fundamental.

Una novedad importante este año es la implantación de una cartilla digital para los viticultores. Esta herramienta informática sustituye al tradicional cuaderno en papel y facilita el control sobre los kilos recogidos por hectárea. Marina Vera, gerente de Vi de la Terra Mallorca, ha explicado que antes cada entrada debía anotarse manualmente y generar varias copias para viticultor, bodega y Consejo Regulador, lo que suponía un gasto considerable en papel y desplazamientos para recoger los datos.

Desde este año los viticultores pueden introducir directamente los datos en un programa informático vinculado tanto a las bodegas como al sistema central del Consejo Regulador. Esto permite trabajar con información actualizada al momento y reduce tanto el impacto ambiental como los costes económicos asociados al uso del papel. Además, mejora la trazabilidad del vino desde su origen y facilita el acceso a datos estadísticos útiles para tomar decisiones futuras.

La digitalización supone un avance hacia una gestión más eficiente y sostenible del sector vitivinícola mallorquín, reforzando su apuesta por la calidad y por el reconocimiento de sus variedades locales.

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