La vendimia de 2025 en Bodegas Figuero concluye con uvas de alta calidad tras un adelanto en la cosecha

La vendimia de 2025 en Bodegas Figuero, situada en La Horra, Burgos, ha finalizado con una valoración muy positiva por parte de la familia responsable del proyecto. La campaña se ha caracterizado por un adelanto en las fechas habituales y por unas condiciones meteorológicas que han exigido una gestión precisa en el viñedo. Según explica Cristina M. Figuero, la adaptación a los cambios y el conocimiento acumulado sobre la variedad tinto fino han sido factores determinantes para obtener uvas de calidad.

Durante las últimas semanas, el equipo de la bodega ha completado la fermentación alcohólica de los mostos. Las primeras catas indican que los vinos de esta añada presentan un equilibrio notable y una expresión aromática que responde a las expectativas generadas durante el ciclo vegetativo. El trabajo en campo ha sido intenso, pero la experiencia y la dedicación han permitido superar los problemas derivados de las variaciones climáticas.

Con la vendimia ya terminada, el viñedo entra en una nueva fase marcada por la senescencia. Este proceso biológico se produce cuando las hojas de las vides cambian de color y comienzan a caer, como resultado del traslado de nutrientes desde las partes aéreas hacia el tronco y las raíces. De este modo, la planta se prepara para soportar el invierno y asegurar su supervivencia hasta la próxima primavera.

El paisaje de La Horra muestra ahora tonos ocres y rojizos, fruto de la aparición de pigmentos como carotenoides y antocianinas que permanecen ocultos durante el periodo vegetativo activo. Este fenómeno atrae cada año a fotógrafos y visitantes interesados en conocer el ciclo natural del viñedo. Para la familia Figuero, observar estos cambios es parte fundamental de su filosofía: acompañar los ritmos naturales del viñedo y respetar sus tiempos.

La campaña 2025 refuerza la apuesta de Bodegas Figuero por la tinto fino como variedad principal y por una viticultura basada en el respeto al entorno. La senescencia marca el final del ciclo anual y da paso a un periodo de reposo necesario para que las plantas recuperen fuerzas antes del próximo brote. El trabajo realizado durante este año se refleja tanto en la calidad de los vinos como en el equilibrio del viñedo, que afronta el invierno preparado para iniciar un nuevo ciclo cuando llegue la primavera.