¿Qué es una bodega B?

Las empresas o bodegas B proponen economías más inclusivas y sostenibles para elaborar vinos que generen un triple impacto con el foco en la educación, el cambio climático, el cuidado del suelo y la integridad empresarial.

Mariana Gil Juncal

Martes 16 de Julio de 2024

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María Mercedes Álvarez (Trivento)
María Mercedes Álvarez (Trivento): "La sustentabilidad es un camino que recorremos juntos"

A nivel mundial, actualmente hay unas 4.000 empresas B y en la Argentina unas 130 de las cuales menos del 0,5% son bodegas. Una de ellas es Trivento que bajo el lema "lo que hacemos hoy es la cosecha de mañana" elabora sus vinos con el compromiso de dejar una huella positiva tanto en el plano ambiental como social.

"En Trivento creemos que en el camino de la sustentabilidad no se transita solo. Por eso, para lograr que se cumplan los objetivos de desarrollo sostenible de manera global, tenemos que aportar nuestro granito de arena. Así formar parte de la comunidad de empresas B refleja nuestro gran compromiso con las prácticas empresariales que van más allá del beneficio económico, priorizando el impacto social y ambiental dentro de nuestras comunidades", comienza María Mercedes Álvarez, subgerente de sustentabilidad de Bodega Trivento, certificada desde 2021 como empresa B, quien destaca que la educación entendida como inversión social es prioridad para la bodega trabajan activamente para generar alianzas que den vida a programas educativos con el Fondo de Becas para Estudiantes (FONBEC), la Dirección General de Escuelas del Gobierno de Mendoza (DGE) y la Universidad Maza. De hecho, el Trivento White Malbec es un vino innovador ecológicamente hablando, que además nació para crear  becas estudiantiles a través de la alianza articulada con FONBEC, desde donde se impulsa un sistema transparente y equitativo para la entrega de las becas de estudios.

Además desde la bodega desarrollan acciones de impacto social como campañas de donación de sangre, trabajo con recuperadores urbanos o colaboraciones para que la mayor cantidad de estudiantes puedan contar con útiles escolares en el inicio de clases.

"Es importante trabajar mirando el futuro para que haya una continuidad en el tiempo, ya que eso nos da una gran seguridad en todos los procesos y nos permite avanzar con paso firme", agrega Álvarez quien destaca que la bodega adhirió al Pacto Global de las Naciones Unidas que tiene el compromiso de fomentar y cumplir los 10 principios universales vinculados a la protección de los derechos humanos, garantizar los mejores estándares laborales, preservar el ambiente y luchar contra la corrupción.

Desde Bodega Araujo, en Villa Atuel, Mendoza, Carlos Araujo, director, confiesa que "ser una empresa B es un motivo de orgullo y representa mucho más que una simple certificación. Es la esencia de nuestro modelo de negocio ya que esta certificación valida nuestro compromiso continuo con el cuidado del medio ambiente, el bienestar de las personas y la sostenibilidad de nuestras operaciones. Gracias a este reconocimiento, podemos afirmar con certeza que nuestras prácticas empresariales están alineadas con altos estándares de responsabilidad social y ambiental".

¿Cómo surgió la idea de convertirse en una bodega B? "Surgió del deseo de diferenciarnos y destacar nuestro compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social. Ser una bodega B nos distingue en muchos aspectos. Primero, hay pocas empresas que logran esta certificación, lo que demuestra lo exigente que es el proceso. Por eso esta diferenciación es especialmente notable en el comercio exterior. Gracias a nuestra certificación B, hemos podido abrir mercados en numerosos países comprometidos con la sostenibilidad. Hoy estamos con nuestros vinos en la Comunidad Europea, en varios estados de Estados Unidos, en Canadá y en los países nórdicos. Todos estos destinos son lugares en los que priorizan la importación de productos de empresas sustentables. Así que esta certificación nos ha permitido acceder a nuevos mercados y establecer relaciones comerciales basadas en valores compartidos" agrega Araujo quien destaca que el diferencial de ser una bodega B reside en cada uno de los procesos involucrados del vino. "Como nosotros nos preocupamos por la conservación del agua motivo utilizamos sistemas de control de riego por goteo para maximizar la eficiencia hídrica. Al elaborar vinos orgánicos y ser una bodega B nuestro compromiso medioambiental es firme y estamos avanzando hacia la carbono-neutralidad, lo que representa otro diferenciador clave. Además, estamos profundamente comprometidos con nuestra comunidad en Villa Atuel donde tenemos un merendero y promovemos políticas de inclusión laboral, con Laurita como bandera. Estos compromisos y acciones nos diferencian claramente de una bodega promedio y destacan nuestro enfoque integral en la sostenibilidad y el bienestar comunitario".

¿Qué procesos se diferencian de una bodega tradicional? "Los procesos que nos diferencian de una bodega tradicional son muchos. Por ejemplo, todos los insumos empleados en nuestra bodega son de origen orgánico o de síntesis orgánica. Además, nuestra estrategia de proveedores se centra en la sostenibilidad, asegurando que toda nuestra cadena de suministro esté alineada con nuestros valores ambientales. Y este enfoque hacia la sostenibilidad también se extiende a nuestra relación con la comunidad y nuestros clientes ya que desde la bodega nos comprometemos a integrar prácticas responsables y sostenibles en todas nuestras operaciones, lo que nos distingue significativamente de una bodega tradicional ", enfatiza Araujo, quien remarca que el impacto de ser una bodega B les permite conectar rápidamente con los clientes y la comunidad, quienes empatizan con su propósito y se comprometen con sus causas. "A veces sucede que a partir de conocer nuestra bodega, las personas se comprometen con temas importantes que de otra manera podrían pasar desapercibidos. Por eso creemos que el impacto que generamos es significativo y positivo".

Anne Bousquet,
Anne Bousquet: "La Certificación de Empresa B significa trabajar por una sustentabilidad integral en Domaine Bousquet"

Desde Gualtallary, Valle de Uco, Anne Bousquet, presidenta y socia-fundadora de Domaine Bousquet también se suma a la oleada de las empresas B. "Para nosotros la certificación de empresa B significa que trabajamos por una sustentabilidad integral, es decir, que apostamos a una economía sostenible para las personas y el medio ambiente realizando diferentes acciones que contribuyen a construir una nueva economía más justa, equitativa y regenerativa para las personas y el planeta. Como creemos que la sustentabilidad es 360º trabajamos para que nuestra transparencia con nuestros consumidores y proveedores esté garantizada y respaldada con certificaciones. Por lo que es una prioridad, junto a la calidad, para fomentar la confianza y la lealtad".

En el caso de Domaine Bousquet la idea de convertirse en una de las primeras 24 bodegas del mundo en obtener la certificación de empresa B fue un camino natural ya que desde que la familia llegó a Gualtallary, a fines de 1997, encontraron un terruño virgen con las condiciones climáticas y de suelos ideales para el cultivo de vides orgánicas. "Desde el nacimiento de la bodega trabajamos con el triple impacto, de hecho, creo que ni siquiera se tomó la decisión de ser orgánicos, fue algo que entendimos y fue natural porque nunca hemos utilizado productos de síntesis química en nuestros suelos. No lo concebimos como una estrategia comercial porque, en ese momento, no había demanda de orgánicos" cuenta orgullosa la socia fundadora de la bodega quien destaca que el 70% de los empleados de la bodega son del Valle de Uco ya que desde siempre su compromiso como empresa ha ido más allá de la agricultura orgánica. "Como somos una bodega que trabaja con el triple impacto realizamos nuestra actividad con atención en la comunidad donde nos desarrollamos aplicando prácticas sostenibles. ​​Por eso, trabajamos con prácticas orgánicas, biodinámicas y regenerativas y somos conscientes que, más allá del impacto ambiental, también es importante la sustentabilidad económica y pensar en el contexto social que rodea a cada organización. Ya que siempre podemos ser más sustentables, no sólo en términos de medioambiente sino también en términos socioeconómicos".

Ser una empresa B es, de alguna forma, para la bodega la forma de tener siempre un motor que los impulse a mejorar. "Entre otras cosas, desarrollamos proveedores alineados a los requisitos del sistema trabajando con un fuerte compromiso en la mejora del triple impacto.  Ya que sabemos que esta es la mejor manera de generar una red, un ecosistema que asegure un compromiso no solo desde lo que tiene que ver a nivel de producción de nuestros vinos, sino en todo lo que hacemos desde nuestra área de enoturismo -con restaurante y lodge incluido- donde se trabaja en el mismo sentido" destaca Bousquet quien es una líder inspira a otras empresas con su activa labor en el Consejo Empresarial del Sistema B de la Argentina.

Si repasamos alguno de los highlights de Domaine Bousquet en los últimos 25 años hay que contar que la bodega ayudó a pequeños productores del Valle de Uco a lograr la certificación orgánica de unas 1.000 hectáreas mediante el intercambio de conocimientos, el apoyo con los costos, la administración y el soporte técnico. El 75% son productores que suministran uva a la bodega desde hace al menos 5 años y el 100% de los productores recibieron un adelanto del precio de la uva del año anterior (antes de que se defina el precio de mercado del nuevo año). Además tienen un gran compromiso con la comunidad de Tupungato ya que colaboran activamente con escuelas locales y la universidad para apoyar la educación y el desarrollo. Además la bodega está asociada con instituciones para brindar programas de salud con el foco puesto en el bienestar emocional y psicológico; y además patrocinan y participan en eventos culturales y recreativos que enriquecen el tejido social de la comunidad.

Y como bodega certificada empresa B, trabajan con objetivos que incluyen el cuidado del medio ambiente (de hecho, tienen el compromiso de reducir la huella de carbono en toda la cadena de valor con el objetivo de ser carbono neutral en 2030), en prácticas regenerativas (con el foco puesto en la salud del suelo, la biodiversidad y el trato justo a agricultores y trabajadores, promoviendo la equidad dentro de la comunidad) y la innovación circular, ya que tienen como prioridad compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales para minimizar el impacto ambiental y extender los ciclos de vida de los productos.

Mariana Gil Juncal
Licenciada en comunicación social, periodista y sumiller.
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