¿Progreso o amenaza? El dilema de la energía eólica en la Terra Alta

Vecinos y empresas chocan por la expansión eólica en la Terra Alta. La DO clama contra la saturación eólica y la despoblación.

Martes 30 de Julio de 2024

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La comarca de Terra Alta, en Cataluña, alberga cerca del 30% de la capacidad eólica instalada en la región, a pesar de representar solo el 0,14% de la población catalana. Esta situación ha generado preocupación entre los habitantes y las autoridades locales, quienes ven con recelo la proliferación de aerogeneradores en su territorio. En 2023, se completaron los proyectos eólicos de Los Barrancs y Punta Redona, sumando un total de 161 aerogeneradores en la comarca. Actualmente, se encuentra en construcción la central eólica Tres Termes en los municipios de Batea y Vilalba dels Arcs, que añadirá ocho aerogeneradores más.

Recientemente, la Ponencia de Energías Renovables aprobó tres nuevos proyectos para la comarca: Les Crestes, El Calvari y Fontcalda, que podrían incrementar el número de aerogeneradores a 200. Estos proyectos sumarán 31 aerogeneradores de 200 metros de altura y una capacidad de 147 MW, afectando una superficie de 85 hectáreas. Sin embargo, estos proyectos aún requieren la aprobación urbanística por parte de la Comisión Territorial de Urbanismo de las Tierras del Ebro antes de su materialización.

En 2023, dos nuevas centrales eólicas comenzaron a operar: Punta Redona, con siete aerogeneradores y 27 MW, y Los Barrancs, con seis aerogeneradores y 23 MW. La central Tres Termes añadirá 30 MW con sus ocho aerogeneradores. A pesar de estas expansiones, solo tres de los proyectos previstos en el Plan de Determinación de Zonas de Desarrollo Prioritario (ZDP) de 2010 se han concretado, sumando una capacidad de 410 MW y 169 aerogeneradores en la comarca.

Esta intensa concentración de proyectos eólicos ha suscitado críticas por parte de la Denominación de Origen (DO) Terra Alta, que considera que la comarca está siendo sometida a una presión excesiva. Según la DO, a pesar de que la Terra Alta produce electricidad renovable que supera diez veces su consumo anual, no se ha traducido en beneficios significativos para el desarrollo local. De hecho, la población ha disminuido en un 11,1% desde la instalación de las centrales eólicas en 2010, convirtiéndose en la comarca catalana con mayor pérdida porcentual de habitantes.

Los grandes proyectos eólicos, gestionados principalmente por unas pocas empresas, se instalan en áreas agroforestales alejadas de los principales centros de consumo, lo que exige la construcción de nuevas líneas eléctricas de alta tensión. Esta situación genera ingresos limitados para los municipios, aproximadamente el 3,4% de la facturación de las instalaciones, de los cuales el 1,5% proviene de convenios que no siempre se cumplen. Además, el impacto laboral es marginal, con solo 0,03 puestos de trabajo por MW instalado, lo que representa un 0,3% del empleo total en estos municipios. En términos de empleo directo, la cifra se reduce a 0,02 puestos de trabajo por MW y un 0,2% de la población ocupada.

La DO Terra Alta ha expresado su rechazo a los nuevos proyectos eólicos y subraya la importancia de seguir un modelo de generación distribuida y comunitaria, como lo establece la Ley del Cambio Climático de 2017 del Parlamento de Cataluña. La comarca, que ha desarrollado una economía basada en la agricultura, especialmente en el sector vitivinícola, y el turismo, teme que la expansión de grandes proyectos eólicos pueda comprometer su desarrollo enoturístico y la preservación de sus paisajes agroforestales. La organización hace un llamado a proteger estos recursos naturales como base para un proyecto de desarrollo sostenible en la región.

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