La DO Tarragona cierra una vendimia marcada por la escasez

Condiciones climáticas adversas reducen la producción de uva en Tarragona, pero no su calidad

Jueves 24 de Octubre de 2024

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La Denominación de Origen (DO) Tarragona ha concluido la vendimia de 2024 con una reducción significativa en la producción de uva, aunque con una calidad destacable en el producto recolectado. En total, se han vendimiado alrededor de 1.200.000 kilos, una cifra inferior a la del año pasado. Este descenso en la cosecha se debe, principalmente, a las condiciones climáticas adversas, marcadas por altas temperaturas y una sequía prolongada que ha afectado la región durante los últimos años.

El impacto de la sequía ha sido más evidente en áreas como el Camp de Tarragona, donde la falta de agua ha causado un considerable deterioro en las viñas más antiguas. Estas plantaciones, al tener raíces más profundas, dependen en gran medida de la humedad natural del suelo, que en este ciclo se ha visto gravemente reducida. Sin embargo, en la Ribera del Ebro, la disponibilidad del agua del río y el riego de apoyo han mitigado, en parte, los efectos de la sequía, haciendo que la disminución en la producción no haya sido tan severa como en otras zonas de la DO.

A pesar de la menor cantidad de uva recogida, los expertos destacan que la calidad de la misma ha sido alta en términos generales. El proceso de maduración de la uva ha sido correcto, aunque las condiciones de sequía han provocado un nivel de grado alcohólico algo inferior al de otros años. Estas mismas condiciones, sin embargo, han tenido un efecto positivo en el control de plagas, ya que la escasez de vegetación espontánea ha limitado la proliferación de enfermedades comunes en los viñedos. Solo el mosquito verde ha causado ligeros daños en algunas parcelas, una plaga que deberá ser estudiada para evaluar sus posibles repercusiones en las futuras cosechas.

En medio de este contexto climático y social, la DO Tarragona, al igual que otras regiones vitivinícolas de Cataluña, ha alzado la voz para pedir a las autoridades públicas el desarrollo de políticas que garanticen la viabilidad de la viticultura en la región. La continua sequía y las dificultades económicas que sufren los productores requieren una atención urgente, con el fin de asegurar la continuidad de un sector que es esencial tanto para la economía local como para el mantenimiento del paisaje agrícola.

Las previsiones para los próximos años dependerán, en gran medida, de la capacidad de los viticultores para adaptarse a estos nuevos retos climáticos y de la respuesta que puedan ofrecer las instituciones frente a las demandas del sector. De momento, la cosecha de 2024 quedará marcada por una producción más baja, pero con uvas de alta calidad, lo que deja un escenario positivo en términos de elaboración de los futuros vinos de la DO Tarragona.

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