Martes 01 de Abril de 2025
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La Comisión Europea ha presentado un conjunto de medidas para apoyar al sector vitivinícola, que atraviesa un momento complicado debido a cambios en las preferencias de los consumidores, el impacto del cambio climático y las tensiones comerciales, como la amenaza de aranceles por parte de Estados Unidos. Estas medidas buscan controlar la oferta de vino, ajustar el etiquetado y promover la estabilidad del mercado.
Entre las propuestas, Bruselas permite a los Estados miembros aplicar acciones como el arranque de vides sobrantes y la cosecha en verde, que consiste en eliminar uvas inmaduras antes de la recolección. Estas iniciativas pretenden evitar excedentes de producción, estabilizar el mercado y proteger a los productores de problemas financieros. Además, se otorgará mayor flexibilidad en el régimen de autorizaciones de replantación, lo que permitirá a los viticultores tomar decisiones de inversión más adaptadas a las circunstancias actuales.
La Comisión también ha señalado que los países podrán ajustar las autorizaciones de plantación según sus necesidades nacionales y regionales. Las plantaciones de viñedo están reguladas por la Política Agrícola Común y no son completamente libres. En este sentido, los Estados podrán limitar la cesión de autorizaciones en regiones con riesgo de exceso de oferta, llegando incluso a congelar el potencial productivo en determinadas zonas. Asimismo, se podrán establecer condiciones específicas para las autorizaciones de replantación, como restricciones en las variedades de uva o en las regiones donde se puedan utilizar.
En cuanto a las autorizaciones concedidas antes del 1 de enero de este año y no utilizadas, los agricultores podrán renunciar a ellas sin sufrir sanciones administrativas. Por otro lado, el presupuesto comunitario incrementará su financiación para medidas relacionadas con la adaptación al cambio climático, pasando del 50 % actual al 80 %. Esto busca apoyar a los productores en su transición hacia prácticas más sostenibles.
El paquete de medidas también incluye cambios en la comercialización de vinos con menor graduación alcohólica. Según la Comisión, se simplificarán las normas y se establecerán denominaciones comunes para estos productos en el mercado único. Por ejemplo, los vinos desalcoholizados con menos de 0,05 % de alcohol podrán etiquetarse como "vino sin alcohol", con especificaciones como "0 %" o "0,0 %". En otros casos, se permitirá el uso de términos como "bajo en alcohol" o "ligero en alcohol".
En el ámbito del etiquetado, se busca un enfoque más armonizado para reducir costes y facilitar el comercio dentro de la Unión Europea. Esto también permitirá a los consumidores acceder a información más clara sobre los productos. Además, se ampliará la duración de las campañas de promoción financiadas por la UE en mercados internacionales, pasando de tres a cinco años. Esto tiene como objetivo consolidar la presencia de los vinos europeos en terceros países.
Otra de las medidas incluye la promoción del enoturismo en las regiones productoras de vino. Hasta ahora, solo las organizaciones interprofesionales podían beneficiarse de estas iniciativas. Con las nuevas disposiciones, los Consejos Reguladores de denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas también podrán acceder a estas ayudas.
El comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, ha pedido al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE que actúen con rapidez para adoptar e implementar estas medidas. Según Hansen, estas acciones son necesarias para garantizar la sostenibilidad y competitividad del sector vitivinícola europeo en un momento de grandes cambios y dificultades.
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