¿Y si las bodegas se quedan sin botellas de vidrio?

Javier Campo

Jueves 04 de Noviembre de 2021

Seguramente, si Greta Thumberg estuviese interesada específicamente en el mundo del vino usaría su ya más que famosa onomatopeya, pero con v.

Greta Thumberg

Hace unos días que el COP 26 esta llenando las portadas de prensa y los noticiarios en las cadenas de televisión. El precio de la luz, el precio del gas, el transporte, la falta de microchips... una especie de batiburrillo de cosas aparentemente sin relación con el vino, pero, solo aparentemente.

Hay una enorme falta de botellas de vino en prácticamente todo el mundo. Las bodegas no pueden embotellar ya que las productoras de envases no dan abasto. Algunos lo achacan a la pandemia y otros a la subida del consumo energético. Desde el sector, se afirma que el vidrio está en auge por que es posible reciclarlo infinitas veces y esto reduce la generación de residuos. En lo que se refiere a las emisiones de CO2, la cosa no está tan clara.

Hace un par de años, escribí un artículo que hablaba de las botellas de vino y la posibilidad de que sean reutilizables. Las cervezas, las aguas o los refrescos, lo son. En lugar de romper y reconstruir, se "lavan" y se pueden volver a usar.

Parece ser que para que esto ocurra nos debemos poner de acuerdo usuarios, restauradores, distribuidores y bodegueros. Obviamente al sector del vidrio no le va a gustar. Pero es que resulta que esto que estamos viviendo no es un cambio climático. Es una crisis climática. Y curiosamente, desde algunas bodegas se habla del cambio climático, de ser sostenibles, de las energías renovables, ser autosuficientes, etc. Pero lo de reusar las botellas no mola.

Es cierto que hay botellas que se guardan. Es cierto que hay botellas que no se devuelven y van a parar al contenedor verde, en el mejor de los casos. Pero con firmas que hacen millones de botellas del mismo vino, pues a lo mejor se podría hacer.

El proyecto reWINE que promulgaba este tipo de reutilización de las botellas de vino, ha recogido desde su inicio cerca de 83.000 botellas que equivalen a 171.000 kg de CO2. Solo con 83.000 botellas. Se podría reducir el 28% de huella de carbono en el tema botellas de vino si se hiciese un pequeño esfuerzo por parte de todos.

Los intereses económicos están por encima de los climáticos. Pero esto no solo pasa tal y como se ha visto en la cumbre de Glasgow. Aquí, a pequeña escala, hacemos lo mismo. Y como dice Greta Thumberg, todo se queda en un vla vla vla, con v de vino.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos

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