Clones y mutaciones en el mundo de las vides

Miguel Palma Hernandez

Lunes 19 de Febrero de 2024

Aun cuando suena a ciencia ficción, la clonación en plantas es algo más común y antiguo de lo que imaginamos

En biología de plantas y agricultura (incluyendo la viticultura),un clon es una planta que es copia exacta de otra. En humanos los clones existen también y son los gemelos idénticos. Aun cuando suena a ciencia ficción, la clonación en plantas es algo más común y antiguo de lo que imaginamos. Por ejemplo, en un viñedo cultivado con plantas de la misma variedad, las plantas que forman las hileras son clones entre ellas.

Los clones de una vid se generan cuando de una planta se toman cortes de tallos o ramas para que estos den lugar a nuevas plantas. El término técnico de este corte es esqueje, y a partir de esquejes se propaga una variedad.

Si la planta sale de una semilla, esa nueva planta no es un clon de la planta que generó la semilla. La razón es que la información genética en la semilla ha sido reorganizada respecto a la información en las células de la planta madre. La planta hija, por ende, no va a tener exactamente las mismas características de su madre.

Mantener y replicar las características deseables de una variedad es necesario en viticultura. Las características deseables son muchas, aunque en general entran en tres categorías: la primera es sabor y características de vinificación de las uvas, la segunda es la maduración óptima de las uvas bajo las condiciones ambientales del cultivo y, tercero, vigor de las plantas y resistencia a enfermedades y otras amenazas ambientales. Actualmente hay otro tema que preocupa a viticultores e investigadores, y es la versatilidad de sus vides frente al cambio climático. Esta última es una
característica que se estudia en variedades existentes, su futuro depende de ello.

En un viñedo, donde todas las plantas son de una misma variedad (o sea son clones entre ellas) pueden pasar cosas sorprendentes, por ejemplo, los mutantes. Una planta mutante puede ser valiosa en viticultura.

MUTACIONES

Imagina que tienes un viñedo con 500 vides, todas dan uvas tintas y son de la misma variedad. En otras palabras, tienes un mismo clon sembrado 500 veces. En un año observas que una de tus plantas dio racimos de color blanco. Esta planta tuvo una mutación que afectó el color de las uvas (Fig. 1). Este tipo de mutación no pasa desapercibida y para ti puede ser útil estudiar el potencial que esas uvas tienen para hacer vinos blancos, o naranjas.

A pesar de que los clones tienen exactamente el mismo material genético, al ser plantas independientes la una puede cambiar en algo respecto a la otra. Las mutaciones se dan a nivel del material genético, o sea en los genes, de cualquiera de las células de la planta. En algunos caso esas células son de las partes de la planta que van a formar las flores y las
uvas.

Volviendo al ejemplo de la planta mutante que da uvas blancas, imagina que evaluaste el potencial de estas uvas para hacer vinos blancos y decidiste propagar esta mutación. Para comenzar, cortas la rama que específicamente dio origen a las uvas blancas y regeneras una planta completa. Cuando la planta de frutos te aseguras de que todos los racimos sean de uvas blancas. Si esto es así, comenzaras a tomar esquejes de la planta e ir llenando tu viñedo con plantas que se regeneraron de estos esquejes. Aquí habrás ya propagado tu mutante y habrás dado el primer paso para establecer una nueva variedad.

En la vid hay mutaciones que pueden tener efectos interesantes y útiles en la producción de vino.
Estas mutaciones son la base para establecer nuevas variedades. Lo interesante es que, estas
mutaciones son poco frecuentes; además, la mayoría de las mutaciones no tienen un efecto notable y pasan desapercibidas.

Esta nueva variedad de uvas blancas y la otra de uvas tintas pueden ser genéticamente 99.98 % idénticas (Nota: estos porcentajes no son exactos, pero ilustran bien el grado de similaridad genética entre clones). El 0,02 % que las diferencia está relacionado con genes que determinan el color de las
uvas. En la vida real hay variedades de uvas relacionadas entre si que son casi idénticas entre ellas a nivel de todos sus genes. Este es el caso de Pinot Noir (Spätburgunder o Blauburgunder, en alemán), Pinot Gris (Grauburgunder) y Pinot Blanc (Weissburgunder) que se diferencian solo por cambios en los genes que determinan el color de las uvas.

Mutantes en la historia del vino

Los mutantes de la vid que se volvieron variedades en si mismas y que están mejor documentados son los de color de la uva. El caso de Pinot Noir, Pinot Gris y Pinot Blanc es el mas famoso en esta categoría.

La variedad que dio origen a Pinot Gris y a Pinot Blanc fue Pinot Noir. Dicho de otro modo, Pinot Gris y Pinot Blanc son mutantes de color de Pinot Noir. Estas mutaciones ocurrieron hace ya cientos de años y han sido preservadas hasta hoy.

Gracias a la genética sabemos que las mutaciones ocurrieron en genes que producen el pigmento de las uvas, las antocianinas. Por eso las diferencias en color. Una teoría dice que las mutaciones ocurrieron de forma secuencial, o sea una planta de Pinot Noir mutó y generó uvas no del todo negras, sino grises, y luego una de estas plantas de uvas grises mutó y produjo uvas blancas [2]. Sin embargo, otros estudios sugieren que el origen de Pinot Gris y Pinot Blanc fue a partir de mutaciones independientes que le ocurrieron a Pinot Noir
[3].

Pero, esto no termina allí, en las vides de Pinot Gris se observan algunos racimos blancos (Fig. 1), racimos en donde hay uvas completamente grises y otras completamente blancas, e incluso uvas que son parcialmente grises y blancas (Fig. 2). Esto quiere decir que las mutaciones de color
no están fijas del todo y que varias de ellas coexisten en una misma planta. Por eso, a veces, no todas las uvas de Pinot Gris son siempre grises. Esto es lo apasionante de la biología.

Otras variedades también han experimentado mutaciones que dan uvas con menos color. Por ejemplo, en la variedad Cabernet Sauvignon se ha documentado una mutación que da uvas color bronce, llamada Malian [2]. La variedad Tempranillo Blanco nació también de una mutación de la
Tempranillo (tinta) que resulta en uvas sin pigmento [4].

El cambio reverso de una variedad de uvas blancas para dar uvas tintas también existe; por ejemplo, en la variedad Moscatel Gallego [5]. Esto quiere decir que las mutaciones pueden ser reversibles; o sea, la naturaleza encuentra mas de un camino para producir el mismo efecto.

Pinot Meunier (o Schwarzriesling —Riesling Negro—, en alemán) es también una mutación de Pinot Noir. Aunque es un caso especial donde el color de la uva no se afectó como en Pinot Gris y Pinot Blanc, pero si la forma de las hojas y la altura de las plantas. Hay mas ejemplos de mutaciones que
cambian otros atributos de la vid y sus uvas. Incluyendo el crecimiento de la planta, momento de maduración de la uva, espacio entre las uvas en un racimo, etc. [6]. Todos estos cambios tienen un efecto que puede ser valioso en viticultura y vinificación, pero para que tengan relevancia deben ser
identificados y propagados primero.

La mutación no siempre es para mal, como comúnmente nos hacen pensar. Una mutación es un cambio y en casos afortunados es la fuente de innovación en la naturaleza.

FUENTE CITADA:

VINICULTURA.

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