David Manso
Jueves 11 de Julio de 2024
Inaugurada en los años 50 del pasado siglo como Purísima Concepción, S. Cooperativa, hoy conocida como Vino Teatinos, la bodega de Casas de Fernando Alonso todavía conserva las primitivas tinajas de cemento construidas en aquellos años por artesanos de la comarca. A lo largo de los años su política de expansión les ha llevado a ampliar sus instalaciones. La bodega está equipada con los últimos avances tecnológicos existentes en el mercado. Cuenta además con un laboratorio dotado con la más moderna tecnología para controlar todo el proceso de elaboración desde la viña con el análisis de uva, pasando por el mosto, hasta llegar al producto final. Mejoras todas ellas orientadas a garantizar la máxima calidad de sus vinos.
Dentro de la zona de influencia de la Ribera del Júcar, denominación a la que pertenecen, cultivan 2.000 ha de viñedo que se asientan sobre suelos aluviales arcillo limosos principalmente en sistema de espaldera, el resto, una parte de ellas, son viñas viejas en vaso y de pie franco, que serán destinadas para la elaboración de sus vinos embotellados. Además de sus suelos, es el clima otro de los factores que caracterizan a esta zona de producción. Dos barreras naturales, la Sierra de la Muela y el río Júcar, suavizan las temperaturas, la cordillera evita que penetren los vientos fríos procedentes del norte, y el río las heladas de convención. Este conjunto de factores hacen a esta zona un lugar idóneo para el cultivo de la vid, especialmente para las variedades tintas.
Dicen que cada vino tiene detrás una historia, e incluso las bodegas también, y Vino Teatinos tiene la suya propia. Para conocerla retrocedemos al S XIII, a la vecina población de San Clemente donde residía una congregación de monjes de la orden de los teatinos quienes además poseían una casa de retiro a 10 km. del propio San Clemente. Esta fue adquirida por un señor llamado Fernando Alonso, quien fundó la nueva localidad con el nombre de Casas de Fernando Alonso, siendo sus habitantes conocidos como teatineros. Hoy, la bodega rescata el nombre de la orden monacal que da nombre a sus vinos.
Esa mejora continua mencionada también está presente en los vinos embotellados que desde el año 2000 Teatinos comercializa. Vinos que nacen desde la viña con la selección por parcelas, pasando por la también selección de uvas hasta el empleo de las técnicas más modernas y actuales para su elaboración dando como resultado vinos de calidad. Dos blancos, uno dulce, Teatinos Moscatel, y otro seco, Teatinos Blanco, elaborado con Macabeo (Viura) y Moscatel, un rosado, Teatinos Bobal, dos monovarietales de tintos jóvenes, Teatinos Syrah y Teatinos Tempranillo, tres tintos con crianza de la variedad Tempranillo para los que usan barricas de roble francés y americano de 300 y 600 litros entre los que se encuentran Teatinos Signvm 2018 Crianza y Teatinos Claros de Cuba 2016 Reserva ganadores del primer y segundo premio respectivamente en la categoría de vinos tintos de más de 3 años en el reciente Concurso de Vinos de la Diputación de Cuenca, y Teatinos 40 Barricas comprenden el conjunto de sus elaboraciones, a las que hay que añadir dos vinos especiales, un Tinto de Autor de la variedad Bobal y un espumoso con la variedad Moscatel de Grano Menudo, Teatinos Bubbles. Un amplio abanico de elaboraciones a las que pronto se sumarán nuevos vinos, acompañados de nuevos productos también, como parte de su filosofía de mejora continua.
Teatinos Signvm 2018 Crianza, ganador del primer premio, es un varietal Tempranillo procedente de viñas en vaso con más de 40 años envejecimiento durante 9 meses en barrica de roble americano (66%) y roble francés (33%), conjugando tuestes de las barricas y los fondos. Complejo en aromas; fruta negra y de hueso, con notas de crianza; especias, cacao, vainilla. En boca es fresco, equilibrado, madera bien integrada, la fruta sigue presente, largo. Un vino que expresa todo el sabor y aroma de histórica zona de producción de la Ribera del Júcar.
Teatinos Claros de Cuba 2016 Reserva, ganador del segundo premio, es un Tempranillo 100% procedente de viñedos con más de 40 años, pie franco y conducción en vaso. En nariz destaca el equilibrio entre la fruta; frambuesa, notas de caramelo, y la madera; notas especiadas, a clavo, pimienta, En boca presenta intensidad, redondo, de taninos dulce, con un final largo, suave, elegante. Una edición limitada de 5.000 botellas que refleja los preciados vinos tradicionales, los "claros de cuba".
Es amplio el número de reconocimientos que la bodega ha recibido durante estos últimos años a sus elaboraciones. Premios de concursos de prestigio nacional e internacional decoran la tienda en al que venden sus vinos. En breve, están trabajando en ello, su web alojará una tienda virtual en la que poder adquirir sus elaboraciones. Un paso más de esta bodega en su continuo proceso de mejora continua.
David Manso