La burbuja de los Wine Lovers Profesionales: Pasión, sacrificio y el desafío de la visibilidad en el mundo del vino

Fran Leon Mora

Martes 30 de Julio de 2024

Su dedicación es innegable, invirtiendo horas y horas, a menudo los siete días de la semana, para compartir y generar contenido que celebre y promueva la riqueza vitivinícola

El universo del vino es vasto y complejo, lleno de matices y secretos que trascienden la simple experiencia de consumir alcohol. En este mundo, los Wine Lovers profesionales se erigen como una tribu distintiva, una comunidad que va más allá de la simple degustación para encontrar en el vino una conexión profunda con la tierra y la cultura. Su dedicación es innegable, invirtiendo horas y horas, a menudo los siete días de la semana, para compartir y generar contenido que celebre y promueva la riqueza vitivinícola de España.

Estos entusiastas, armados con cámaras y micros, viajan por toda España visitando bodegas y regiones vinícolas. A menudo, ellos mismos cubren los gastos de sus desplazamientos, hospedaje y alimentación, todo con el objetivo de reunir la mayor cantidad de información y contenido posible. Este esfuerzo no remunerado demuestra su compromiso con la promoción de los vinos y las bodegas que aman. Los Wine Lovers profesionales sueñan con un futuro donde su arduo trabajo sea reconocido y sostenido económicamente. A pesar de los desafíos, mantienen la esperanza de que su dedicación algún día les permita vivir de lo que más les apasiona: compartir y prescribir proyectos vitivinícolas. En un mundo saturado de información, ellos se esfuerzan por dar visibilidad a los pequeños productores que merecen reconocimiento.

No faltan en ninguna feria importante de vinos, ya sea local, regional o nacional. Además de asistir a estos eventos, muchos forman parte de colectivos asociativos de sumilleres, catadores, academias y prescriptores, pagando cuotas anuales y asumen roles directivos sin compensación alguna, con el único objetivo de contribuir al crecimiento y reconocimiento del sector.

Uno de los mayores retos que enfrentan los Wine Lovers profesionales es la dificultad para darle visibilidad al sector del vino en las redes sociales. Las políticas restrictivas y los prejuicios políticos hacia el alcohol limitan severamente la promoción de contenido relacionado con el vino. A menudo, estos entusiastas ven cómo sus publicaciones son penalizadas o tienen menor alcance, lo cual reduce significativamente su capacidad para llegar a nuevas audiencias.

A medida que los Wine Lovers profesionales buscan monetizar su trabajo y obtener ingresos recurrentes, comienzan a explorar diversas plataformas y medios de comunicación. Muchos de ellos colaboran con emisoras de radio locales, crean sus propios podcasts para hablar de vinos, y colaboran con periódicos digitales. Además, establecen sus propios blogs y abren canales de YouTube, volcándose en los diferentes canales de comunicación existentes para compartir todo su contenido y conocimiento. Este esfuerzo multidimensional no solo amplía su alcance, sino que también fortalece su posición como expertos en el mundo del vino.

Además de estos esfuerzos, los Wine Lovers profesionales invierten grandes cantidades de dinero en participar en ciclos formativos y cursos relacionados con el mundo del vino y el enoturismo. Esta formación continua es vital para mantenerse actualizados y profundizar sus conocimientos, lo que a su vez les permite ofrecer contenido de mayor calidad y relevancia a sus audiencias.

Lamentablemente, muchos Wine Lovers profesionales abandonan sus esfuerzos debido a la falta de sostenibilidad económica. El sector del vino en España, aunque rico en tradición y calidad, enfrenta dificultades económicas que se reflejan en esta comunidad. Los Wine Lovers a menudo reciben botellas de vino como agradecimiento, lo cual es valioso, pero insuficiente para sostener su trabajo y vida cotidiana. En ocasiones, la única fuente de ingreso para algunos Wine Lovers proviene de participar en actividades enoturísticas puntuales, como la organización de catas de vino en restaurantes o domicilios particulares. Estas actividades, aunque valiosas y enriquecedoras, son esporádicas y no siempre suficientes para cubrir todos los costos asociados con su pasión y dedicación.

En contraste, los influencers de la gastronomía sólida, es decir, de la comida, logran monetizar su contenido con mayor facilidad. Las restricciones y percepciones negativas asociadas al contenido relacionado con el alcohol dificultan que los Wine Lovers profesionales reciban el mismo nivel de apoyo financiero. Sin embargo, su contribución es igualmente importante para la promoción y valorización del sector vitivinícola. Es fundamental que las instituciones, tanto a nivel legislativo como gubernamental, reconozcan el valor cultural y económico del vino. Eliminar las restricciones injustas y promover una visión más positiva del vino como parte integral de la gastronomía y la cultura española es crucial. Solo así, esta comunidad de prescriptores podrá tener un impacto real y sostenible.

Es crucial que los productores de vino reconozcan a los Wine Lovers profesionales como aliados valiosos. No basta con regalar botellas de vino; es necesario apoyar económicamente y ofrecer herramientas que faciliten su trabajo. Asimismo, la comunidad de Wine Lovers debe unirse y apoyarse mutuamente, dejando de lado la envidia y fortaleciendo su amor común por el vino.

Este artículo busca destacar la dedicación y el sacrificio de los Wine Lovers profesionales, quienes trabajan incansablemente para promover el vino español. Su labor, aunque a menudo invisible y no remunerada, es fundamental para el sector. Es vital que todos, desde productores hasta consumidores, reconozcan y apoyen a estos héroes silenciosos. Solo así, el vino podrá ser valorado y celebrado en toda su magnitud, y quienes dedican su vida a esta pasión podrán encontrar en ella una forma sostenible de vida. La envidia no nos une, pero el amor por el vino puede fortalecernos y permitir que, algún día, el vino sea reconocido no solo como una bebida, sino como un pilar de nuestra identidad cultural y económica de España.

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