El formato de bebida más divertido para este verano

El helado de ron con pasas, un clásico de cualquier heladería. Este helado sin alcohol, a pesar del sabor, ha sido el precursor de la utilización de las bebidas alcohólicas en ese alimento tan veraniego como es el helado.

El helado de vino ya ha sido aceptado en muchos locales con las debidas advertencias a menores o intolerantes y se elaboran, incluso por variedades.

En el mundo de los destilados y la coctelería especialmente la apuesta empezó de la mano de algunos cocineros de la alta gastronomía de España, como el chef Raúl Resino ,estrella Michelin y cocinero del año 2016, que sirve en sus petit fours un polo de gintonic a modo de fin de fiesta en su menú degustación. Las gelatinas o esferificaciones también han sido los vehículos conductores de espirituosos y cocteles en un formato totalmente diferente, sorprendente y divertido.

Una empresa valenciana ha sacado unas frescas y divertidas bebidas al mercado dos formatos que todos conocemos muy bien: el flash, esa bolsita de plástico alargada que se mete en el congelador y que es un "polo" sin palo con sabores a frutas y colores chillones y, otro que conocemos todos como es el calippo, que, aunque tenga el nombre registrado para una sola marca, todos conocemos por su envase de cartón cónico usado por muchas empresas de helados.

Los Ice Drink Flash llegan en paquetitos de doce unidades divididas en cuatro cocteles con sabor a ginebra o menta entre otros y esos mismos sabores sirven para los Ice Drink Pack en cajas de ocho unidades.

Estos "polos" tiene un 5% de alcohol nada más, aunque si te comes tres es como si te bebieses un cubata. Están pensados para el verano obviamente y para locales nocturnos y conciertos, aunque podamos encontrarlos ya en la sección de bodega de algunos supermercados. El control para que menores no puedan acceder a ellos guarda el mismo sistema que el de cualquier bebida alcohólica.

Esta práctica no es nueva ya que, en Francia, se puso de moda el champagne ice con hielo y frutos rojos y, eran varios los locales, sobre todo en la costa azul, que congelaban este vino espumoso con frambuesas y lo daban a modo de granizado o de polo, aunque perdiese la magia de las burbujas.

Lo que si es cierto es que, la imaginación comercial no tiene límites y cualquier día de estos, nos van a vender humo con color y aromas de chardonnay y que, además, incorporará nanoemisores del sabor y de la temperatura. Y si no, al tiempo.