La D.O. Navarra presenta sus vinos de referencia en Madrid

Cada año, para no perder las buenas costumbres según David Palacios, Presidente de la D.O, tras su presentación oficial en Navarra la semana pasada, una selección de vinos viaja a Madrid para dar a conocer los elegidos que representarán a esta histórica denominación durante el presente año, en esta ocasión el 2022.

Una variada representación de vinos que nos abre una puerta a la diversidad de climas y paisajes, al dinamismo, a la apuesta por la elaboración de vinos de calidad. Navarra es tradición, y a su vez modernización, buscando adaptarse a las tendencias actuales del mercado sin perder su esencia.

Recuerdo siendo un chaval oír comentar por parte de mi padre las buenas virtudes de los rosados procedentes de Navarra, aquellos famosos vinos de aguja, de eso ya hace mucho tiempo, y la realidad hoy dista mucho, pero que mucho, de esas clásicas elaboraciones.

Navarra no es sólo rosado, la aguja queda como un recuerdo de una moda que tuvo su época dorada, como algo romántico que se ha visto desplazado por elaboraciones más modernas que nada tienen que ver con las de tiempos pasados.

Navarra se ha adaptado a las nuevas tendencia, ha crecido en calidad, un salto cualitativo sustentado en el trabajo que año tras año la ha llevado a situarse como uno de los referentes dentro del panorama vitivinícola actual. Prueba de ello es la variedad de sus cinco elaboraciones presentadas: un blanco, un rosado, dos tintos y un vino dulce.

La variedad chardonnay siempre será considerada como una foránea, por sus orígenes no cabe duda, pero la realidad es que se ha adaptado muy bien. Vinos de gran frescura y mucha expresividad hace que sea un referente, convirtiéndose en la abanderada en cuanto a elaboraciones en blancos. Un variedad que los suelos y el particular clima que tiene Navarra ha permitió su adaptación con muy buenos resultados.

Como antes señalaba, los rosados más actuales nada tienen que ver con los que antaño se elaboraban. La variedad garnacha, esta sí autóctona, es idónea para elaborar este tipo de vinos. El empleo de la técnica del sangrado produce un vino de lágrima complejo, con notas a fresa, con el característico color de los tradicionales rosados navarros, con potencia, amplitud y horizontalidad, un buen referente seleccionado como representante y claro exponente de las elaboraciones que representan hoy a esta zona.

Navarra también se suma a la actual tendencia por elaborar vinos monovarietales de variedades "secundarias", no tan representativas de la zona, buscando frescura, identidad y expresividad. Así, la variedad syrah cobra el protagonismo demostrando que esta uva puede ser una alternativa en tierras en las que tradicionalmente se trabaja la garnacha, produciendo vinos frescos, que preservan la fruta, donde la madera doma el vino, está presente, pero en su justa medida. Variedad a tener muy presente.

Como cierre, y ya podríamos decir que es un clásico en sus presentaciones, nos llega un vino dulce. La variedad moscatel de vendimia tardía es el cierre ideal a una presentación en la que los productos de navarra han armonizado con sus vinos. Potentes aromas, frescura, notas tostadas. En cuanto al gusto es llevarse la misma uva directamente a la boca.

Nada como disfrutar de esta selección de vino acompañados por productos de la tierra elaborados por el chef navarro Juan Miguel Sola, alma mater en La Manduca de Azagra, para tener un referente del trabajo que desde hace tiempo vienen desarrollando, de cómo Navarra ha sabido diversificar y modernizar sus elaboraciones para adaptarse a las tendencias actuales del mercado sin perder su identidad.