La especulación inmobiliaria por las tierras ponen en jaque al vino de Madeira

El vino de Madeira, una tradición centenaria al borde del abismo

Viernes 19 de Julio de 2024

Compártelo

Leído › 955 veces

El vino de Madeira, célebre por su longevidad y calidad, se enfrenta a serias amenazas derivadas del turismo y cambios ambientales. Este vino, apreciado desde hace siglos, especialmente por ingleses y estadounidenses, se ve actualmente comprometido por diversas razones.

Desde la pandemia de Covid-19, ha habido un incremento notable en el desarrollo inmobiliario en Madeira, una pequeña isla portuguesa de origen volcánico. Este aumento en la demanda de terrenos para viviendas y hoteles, impulsado por la compra de propiedades por parte de extranjeros y el auge del turismo masificado, ha llevado a los viticultores a vender sus tierras por precios muy altos. Este fenómeno ha afectado gravemente a la comunidad local, desplazándola del mercado.

Juan Teixeira, enólogo de Justino's desde el año 2000, ha destacado que esta situación es especialmente preocupante en la costa sur de la isla, en zonas como Câmara de Lobos y Estreito de Câmara de Lobos, que representan más de la mitad del área de producción de Madeira. A pesar de que el gobierno portugués eliminó las adquisiciones inmobiliarias de su polémico esquema de visados dorados en octubre pasado, los precios de las propiedades continúan en alza.

El turismo, aunque fundamental para las ventas de vino de Madeira, también está ejerciendo presión sobre las tierras destinadas a viñedos. En 2023, Madeira registró más de 10,9 millones de pernoctaciones turísticas, un aumento del 13,6% en comparación con 2022, según la Dirección Regional de Estadística de Madeira (DREM).

La venta de terrenos y el envejecimiento de la población viticultora, combinados con las dificultades para mecanizar las cosechas y la competencia de plantaciones de plátano y caña de azúcar, han llevado a muchos viticultores a considerar vender sus tierras. Esta situación podría resultar en una disminución significativa de la producción de Tinta Negra, la variedad de uva más cultivada en la isla.

El Instituto del Vino, del Bordado y del Artesanía de Madeira (IVBAM) ha registrado una caída en el número de viticultores, pasando de 1.900 en el año 2000 a 1.147 en 2023. La competencia por las uvas es feroz, con productores como Blandy's luchando por asegurar su suministro. Chris Blandy, CEO de Blandy's, ha descrito la compra de uvas como un mercado similar a un zoco, donde los viticultores más lentos se quedan sin provisiones.

Francisco Albuquerque, director de vinos y enólogo de Blandy's, ha señalado que las variedades de uvas deben cultivarse en los siete microclimas de Madeira. La venta de tierras y el abandono de los viñedos amenazan con desplazar estas variedades a regiones menos adecuadas para su cultivo.

El cambio climático ha exacerbado estos problemas, afectando la producción vitícola de Madeira. El año pasado, la cosecha alcanzó las 4.000 toneladas, pero se espera que este año caiga a unas 3.500 toneladas. Un invierno cálido, con temperaturas medias que aumentaron 4 grados en enero, ha adelantado la cosecha en algunas áreas y ha reducido significativamente la producción de uvas Sercial.

La producción de plátanos en Madeira ha crecido considerablemente desde 2009, cuando el gobierno intervino para apoyar la industria bananera endeudada. En 2022, los ingresos generados por la venta de plátanos superaron los del vino de Madeira, con 21,2 millones de euros frente a 21,2 millones de euros respectivamente. La venta de plátanos aumentó un 10,8% el año pasado, mientras que las ventas de vino de Madeira solo crecieron un 1,2% en valor.

La caída en el número de viticultores y el aumento en el cultivo de plátanos están llevando a los productores de vino a solicitar la intervención del gobierno regional de Madeira para preservar las áreas de viñedos mediante la creación de reservas vitícolas. Blandy's y otros productores han pedido al IVBAM que actualice el registro de viñedos, algo que no se hace desde 2008, y que se aumenten los precios de las uvas y las subvenciones de la UE para la producción de Tinta Negra.

Chris Blandy ha enfatizado la importancia de desarrollar una estrategia sostenible a largo plazo para el turismo y el vino en Madeira. La inclusión del vino de Madeira en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad podría ayudar a preservar este patrimonio vitícola, pero se requiere acción rápida y efectiva tanto del gobierno como de los productores.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 955 veces