Martes 16 de Diciembre de 2014
Se trata de un vino sin expresividad, algo tosco, sin complejidad. Un vino austero puede mantener equilibrio en la acidez e incluso notas frescas en boca, sin resaltar ninguna cualidad. Suele darse en vinos elaborados con uvas de género neutro y vulgar que no han alcanzado su madurez.
Sí, lo primero que se nos viene a la cabeza es una de las esculturas de Fernando Botero. Algo tiene que ver con el vino, ya que un vino denso produce sensaciones táctiles de mucho cuerpo al degustarse, incluso masticables, es decir, carnoso.
En Vinos 101 explicamos porque se debe decantar un vino cerrado. Un vino embotellado de largo envejecimiento, atraviesa una etapa por la cual apenas expresa sus aromas. Ayudaremos al vino a desarrollar sus cualidades organolépticas al airearlo o decantarlo. Los aromas que presenta un vino cerrado son terciarios o también denominado “bouquet”. Descubriremos aromas balsámicos, torrefacto, madera, cuero, café, ahumado…. Alcanza una etapa de gran complejidad que no te puedes perder.
Adjetivo aromático y gustativo dedicado a los vinos ricos en matices sensoriales de aromas y sabores pero a la vez equilibrados y armónicos. Un vino complejo es aquel que exhibe un “bouquet” expresivo y completo, vino bien elaborado y armonizado. La cualidades aportadas por la madurez, el terruño, las variedades nobles y la crianza precisa contribuyen a la complejidad.
El cuerpo del vino está determinado en gran medida por la fuerza alcohólica y es un aspecto fundamental en la cata de vinos. Recordemos que cuanto más cuerpo tenga un vino, menos acuoso nos parecerá en boca. Será un vino con materia, estructura, carnosidad, con valores gustativos. En definitiva, un vino con fuerza y plenitud.
* Fuente de la imagen: Jhayne en Flickr