La paradoja británica: las bebidas premium triunfan en medio de la inflación y recesión económica

El sorprendente auge de las bebidas premium durante la recesión en Reino Unido

Viernes 01 de Marzo de 2024

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La economía del Reino Unido se enfrenta a momentos complicados, dirigiéndose hacia una recesión técnica desde finales del 2023, según informes de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). Este periodo, marcado por la contracción del producto interior bruto (PIB) del país, ha llevado a muchos a preguntarse sobre el impacto de este entorno económico en diferentes sectores, incluido el de las bebidas. Sin embargo, a pesar de la adversidad económica, parece que el mercado de bebidas alcohólicas premium sigue demostrando una sorprendente resiliencia, incluso superando a los productos de gama baja.

La investigación realizada por la firma londinense Mintel ha arrojado luz sobre cómo la recesión técnica está afectando y seguirá afectando el gasto de los consumidores. Aunque la actividad económica nacional ha disminuido en la segunda mitad del 2023, el estudio de Mintel reveló que un 28% de los consumidores afirma que sus finanzas están saludables, y un 44% se las arregla bien. Esto sugiere que, a pesar de la recesión, un número significativo de personas sigue encontrando maneras de mantener o incluso mejorar su situación financiera.

Toby Clark, director de investigación de Mintel para EMEA, comentó sobre estos hallazgos, destacando que una disminución del 0,3% en realidad no se siente diferente a un aumento del 0,3%. Lo que realmente importa es cuánto dinero queda en la cuenta bancaria al final del mes. Esta perspectiva pone de relieve cómo los pequeños cambios en el panorama económico pueden no tener un impacto directo significativo en la vida cotidiana de las personas, siempre y cuando puedan gestionar sus finanzas de manera efectiva.

En tiempos de inflación alta, como los que estamos viviendo, la alimentación y la bebida se presentan como áreas clave donde los consumidores pueden hacer ajustes inmediatos en sus hábitos de compra. El aumento de precios ha llevado a muchos a incrementar su gasto total, pero intentan minimizar el impacto recortando lujos, cambiando a marcas de distribuidor o minoristas de bajo coste.

A pesar de las presiones económicas, el comportamiento de gasto ha evolucionado, con un 34% de los consumidores optando por minoristas de bajo coste, un 32% cambiando a marcas de distribuidor y un 43% siendo más cauteloso con el gasto en lujos. No obstante, el deseo de darse un capricho permanece, y el alcohol es una de las categorías principales que sigue viendo un gasto continuo en artículos de lujo.

Según la investigación de Mintel, el 49% de los adultos compró bebidas alcohólicas premium en los 12 meses hasta octubre de 2023, incluido el 42% de aquellos que describen sus finanzas como ajustadas o en dificultades. Esto indica una clara preferencia por productos de alta calidad, incluso en tiempos económicos difíciles. Kiti Soininen, director de categoría de alimentos y bebidas en Mintel, destacó este fenómeno, señalando que sigue creando oportunidades para productos premium.

Este comportamiento también se refleja en las preferencias de los británicos cuando salen a beber, con datos de CGA respaldando la tendencia hacia la calidad sobre la cantidad. Este escenario subraya una faceta interesante de la psicología del consumidor: a pesar de las restricciones económicas, hay un deseo intrínseco de darse pequeños lujos, especialmente en categorías percibidas como indulgencias o recompensas.

Lo que estas tendencias sugieren es una dualidad en la respuesta de los consumidores ante la recesión: por un lado, hay una búsqueda de valor y ahorro mediante la elección de marcas de distribuidor y minoristas de bajo coste; por otro, se mantiene un apetito por productos premium en ciertas categorías, como las bebidas alcohólicas. Este equilibrio entre austeridad y indulgencia refleja un enfoque matizado hacia el gasto, donde los consumidores no solo buscan sobrevivir en tiempos económicos difíciles, sino también encontrar momentos de placer y calidad dentro de sus limitaciones financieras.

Este fenómeno presenta tanto desafíos como oportunidades para los productores y minoristas de bebidas. Por un lado, necesitan adaptarse a un consumidor más consciente del precio, optimizando sus líneas de productos y estrategias de marketing para atraer a aquellos que buscan valor. Por otro lado, hay un mercado floreciente para productos premium, incluso entre aquellos que no se consideran financieramente holgados. La clave para los negocios en este sector será encontrar el equilibrio correcto, ofreciendo productos que satisfagan tanto la necesidad de ahorro como el deseo de lujo, asegurando así su relevancia y éxito en un mercado influenciado por la recesión.

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