Viernes 06 de Marzo de 2015
No es de extrañar que el vodka sea una de las bebidas más populares del mundo. Además de ser un destilado muy versátil gracias a su sabor neutral y su suave acabado, tiene una larga historia con unos comienzos en los que el vodka era bastante distinto a lo que conocemos hoy en día.
El origen de este destilado es un tema bastante discutido: unos dicen que su producción comenzó en Polonia en el siglo VIII y otros insisten en que no apareció hasta el siglo IX en Rusia. Sea cual sea su origen, es un hecho que en sus comienzos la elaboración del vodka era bastante rudimentaria, y esto hacía que su sabor fuese más fuerte y áspero. Quizá fue por esto que muchos productores de vodka empezaron a añadir sabores. Al principio, que un vodka llevase un sabor añadido era un indicador de que el vodka era de baja calidad, ya que lo que se intentaba era ocultar su sabor.
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