Miércoles 01 de Diciembre de 2021
¿Te imaginas ganarte la vida haciendo lo qué más te gusta? Si eres un amante del vino seguramente has soñado con experimentar títulos de diferentes países y conocer bodegas al rededor del mundo. Te contamos como puedes convertir tú pasión en profesión.
Los sumilleres (o sommeliers, en francés) son los encargados de catar los vinos y maridarlos con las distintas comidas. Experimentan con los sabores hasta escoger la combinación perfecta entre plato y vino. En hoteles y restaurantes, son los responsables de administrar las bodegas, controlar las existencias y elegir qué títulos adquirir. Además realizan una encomiable labor de divulgación de la cultura del vino.
Cada vez más paladares disfrutan del vino y los clientes se vuelven más exigentes. Es común que en los restaurantes pregunten qué vino va mejor con el plato que han pedido y por eso los establecimientos buscan su propio sumiller.
La cultura del vino es cada día más popular y por eso más países se suman a su producción. Las zonas vitivinícolas tradicionales exploran nuevas uvas para conseguir vinos diferentes, mientra productores de Rumanía, Brasil o Nueva Zelanda trabajan para crear vinos de clase mundial para competir con los títulos más prestigiosos del mercado.
Vinos blancos, rosados, espumosos, naranjas y hasta azules, la industria del vino no deja de soprendernos con las elaboraciones más inusuales. En este contexto encontrar el vino perfecto para maridar con los platos es más difícil que nunca. Los restaurantes y hoteles son conscientes de esta situación por lo que demandan cada día más sumilleres.
La de sumiller aún no es una profesión institucionalizada como otras. Mientras que para elaborar un vino es necesario un enólogo con una titulación universitaria superior, cualquiera con buen olfato, en teoría, podría ejercer de sumiller. Pero no te confíes, eso está apunto de cambiar.
Convertirse en un sumiller de prestigio requiere muchos años de preparación. Es, además, una de esas carreras que precisa de una actualización contante y muy rápida. Es importante conocer las últimas innovaciones y estar al tanto de las tendencias, así como ser el primero en detectar las próximas modas en materia vinícola. Los gustos de los clientes tambien cambian. Mientras combinaciones clásicas como un albariño con un buen plato de pulpo a la gallega siguen triunfando, cabe esperar que maridar una hamburguesa de wagyu con un cava sea la próxima revolución del vino. Por eso, la formación de un buen sumiller nunca termina, y eso supone un honorable esfuerzo intelectual, muchas veces no reconocido.
Nuestros gustos evolucionan y la industria se magnifica mientras aparecen más posibilidades formativas en la cata de vinos. Cabe esperar que en los próximos años ser sumiller exija una formación académica certificada, así como un abogado tiene que demostrar su valía con una carrera en derecho y una maestría en abogacía, o un médico lo propio para emitir recetas de medicamentos.
Las primeras propuestas educativas surgieron en los años 70 en el seno de la compañías vitivinícolas y las organizaciones encargadas de estudiar, promover y controlar su producción.
Desde entonces han surgido diversas instituciones y certificaciones en diversos lugares del mundo. Muchas ofrecen cursos telemáticos para que aspirantes a sumiller de todo el mundo puedan acceder a la formación. A continuación te presentamos las titulaciones más reputadas: