El Grupo Rioja presenta sus tendencias con una cata del más alto nivel

El Grupo Rioja regresa a Madrid para presentar las nuevas tendencias en vinos Rosados y tintos Gran Reserva de Rioja con la cata de 50 vinos, 22 Rosados y 28 tintos Gran Reserva, de 30 bodegas riojanas. En esta segunda edición organizada por Proensa celebrada en la Unión Española de Catadores con la dirección de Fernando Gurucharri, los asistentes han conocido el territorio y las nuevas elaboraciones riojanas a través de la visión de dos Master of Wine, Pedro Ballesteros quien dirigió la cata de vinos Rosados y Almudena Alberca la de tintos Gran Reserva.

Previo a la cata, la presentación a cargo de Iñigo Torres, Director General de Grupo Rioja, pone en valor el trabajo y esfuerzo de las más de 60 bodegas que conforman el grupo con diferentes estructuras, desde los grandes grupos empresariales a las pequeñas bodegas familiares, siendo la asociación que actualmente preside Fernando Salamero, también presente en el evento, la más antigua de la Denominación con 56 años de trayectoria comprometidos con la evolución de Rioja y agrupando el 75% del total de la comercialización.

Para Pedro Ballesteros la denominación DOCa Rioja, como todas las creadas, tiene como finalidad principal la protección comercial de las bodegas y vinos que en ella se elaboran. Todas ellas representan un estilo de vino y en Rioja representa a un "País de vino" donde se recoge la gran variedad de elaboraciones; blancos, rosados, tintos, espumosos, etc. También existe una tipicidad que ha de adaptarse a las nuevas tendencias sin perder su esencia. Así, ante la nueva tendencia por un menor consumo de vinos tintos se motiva un crecimiento de otros tipos de vinos, y entre ellos se encuentran los rosados. Ballesteros estima que serán los vinos rosados los que sustituyan el descenso de consumo de algunos tipos de vinos tintos. Unos vinos que no están todavía muy presentes en los mercados pero que se encuentran en estado de ebullición y pronto ocuparán un espacio destacado.

Unos rosados en los que el color cobra importancia. Para ello, la gran mayoría de vinos presentados en la cata se elaboran mediante la técnica del sangrado permitiendo así controlar este de manera más sencilla que en aquellos en los que es la presión directa el método de elaboración empleado. Este último sin embargo aportará una mayor complejidad a los vinos requiriendo una uva de alta calidad. En estas elaboraciones también se observa una mayor presencia de "vinos diseñados desde el viñedo", es decir, vinos que no son el resultado de una vendimia seleccionada de uvas tintas, sino procedentes de viñedos creados y trabajados específicamente para elaborar vinos rosados. Esto, junto al trabajo en bodega, "el vino nace en la viña pero la mano del enólogo es fundamental en el proceso de elaboración", señala Ballesteros, dan como resultado unos rosados de la más alta calidad. Diferentes tonalidades, desde los más provenzales, pasando por los tonos cebolla y los salmones, que son tendencia en detrimento de aquellos de un color más intenso que cada vez tienen menos presencia. Elaboraciones donde la variedad Garnacha es la abanderada acompañada de una pequeña parte de Viura la cual aporta frescura y color. Sí, aunque parezca contradictorio añadir uva blanca aporta intensidad cromática al vino. Otras elaboraciones de monovarietales de la autóctona Tempranillo, estas más complicadas de elaborar. Otras de Tempranillo mezclada con Viura, e incluso alguna de Tempranillo y Garnacha. Un variado conjunto que muestra la diversidad y calidad de estos vinos que se están elaborando en Rioja y que se comercializan a precios asequibles.

La segunda parte de la cata tiene como protagonistas los tintos Gran Reserva, y será esta vez Almudena Alberca la encargada de dirigirla y poner en valor estas complejas elaboraciones. Los Grandes Reservas son vinos de alta gama, parten desde la selección en el viñedo pasando por el laborioso trabajo en bodega para captura la tradición de Rioja. Vinos creados para envejecer, para su guarda. Un envejecimiento que hacen en la propia bodega, algo de lo que muy pocas zonas de producción vitivinícola a nivel mundial puedan presumir. "Hay que evitar que por la falta de consumo estos vinos pierdan valor, hay que protegerlos", comenta Almudena. Unas elaboraciones que no se llevan a cabo todos los años, solo en aquellos que la añada cumple con los estándares de calidad exigidos, y en las que la Tempranillo es su variedad principal que es mezclada en menor proporción con otras variedades como Garnacha, Graciano o Mazuelo. Vinos de viñedo que requieren un cuidado especial. La gran mayoría de ellos se perfila durante un mínimo de 60 meses entre barrica y botella, algunos incluso más, lo que supone un continuo riesgo de exposición ante microorganismos y otros elementos que malogren su resultado final. Joyas enológicas que el tiempo perfila amablemente, alguna de ellas con 6, 7, 8 e incluso 10 años, a las que todavía les queda mucho recorrido. Complejidad, concentración, elegancia e intensidad caracterizan a las elaboraciones catadas que cuentan con unos precios de mercado asequibles.

Tras la cata nada como poner los vinos a prueba a la mesa. Es el Restaurante la Fonda de la Confianza el lugar elegido para ello. La selección de vinos continúa con más elaboraciones en Rosados y tintos Gran Reserva donde las armonías se complementan de manera positiva realzando texturas y sabores gracias a la calidad y versatilidad de los vinos. Sin duda una muy buena nota para el conjunto de rosados, muy gastronómicos capaces de aguantar toda una comida. Los Grandes Reservas son ideales para platos más contundentes y elaborados donde su complejidad, intensidad y concentración acompañan perfectamente.