Todos los detalles de la detenida por el sabotaje a Cepa21

La mujer comentó el delito, valorado en 2,5 millones, como venganza por su despido. La aseguradora se niega a indemnizar a la bodega.

Viernes 28 de Junio de 2024

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El pasado mes de febrero, la bodega Cepa 21, situada en Castrillo de Duero, Valladolid, fue víctima de un sabotaje que causó la pérdida de más de 60.000 litros de vino, generando daños de 2,5 millones de euros en pérdidas de productos premium.

Las cámaras de seguridad captaron a una persona que, con movimientos precisos, abrió los depósitos de vino. Las sospechas del presidente de la bodega, José Moro, apuntaban a una mujer con conocimiento interno de la empresa. Estas sospechas se confirmaron recientemente cuando la Guardia Civil detuvo a una mujer en relación con el sabotaje. Esta mujer resultó ser una exempleada de la bodega, cuyo despido se había producido pocos días antes del incidente y posiblemente motivo de sus represalias contra la empresa.

La detenida, cuyo nombre no ha sido revelado por las autoridades, había trabajado en Cepa 21 durante un año. Su despido se le había comunicado con 15 días de antelación, y tres días antes del acto vandálico dejó oficialmente la empresa. Durante este periodo, según explicó Moro, la exempleada habría aprovechado su acceso a la bodega para conseguir la clave de la alarma y una copia de la llave de las instalaciones. Este acceso le permitió llevar a cabo el sabotaje con una precisión que sorprendió a quienes revisaron las grabaciones de seguridad.

El presidente de la bodega, José Moro, expresó su incredulidad y desconcierto ante los motivos que pudieron llevar a la detenida a cometer este acto. Según sus palabras, "no tuvimos problemas con ella y nos quedamos sin palabras con lo que hizo". Moro sugirió que el sabotaje podría haber sido un intento de desviar la atención, aunque no encuentra una razón justificada, incluso si hubiera considerado injusto su despido. La mujer no había mostrado comportamientos conflictivos durante su tiempo en la bodega, lo que hace aún más desconcertante su acción.

Lo que agrava la situación es que, tras cometer el sabotaje, la exempleada regresó a la bodega para solicitar trabajo cuando surgió una nueva vacante. Este hecho, junto con las sospechas ya existentes entre sus antiguos compañeros, reforzó la teoría de que ella era la responsable del daño y ayudó a centrar la investigación de la policía. "Por los movimientos de ella, sus compañeros dijeron que les parecía que era ella", comentó José Moro, añadiendo que su solicitud de trabajo les dejó perplejos dado el contexto de los hechos. El hecho de pedir trabajo después de cometer el delito podría tratarse de un intento de distracción para evitar ser señalada como sospechosa.

La reacción de la aseguradora de la bodega ha añadido una capa de frustración a la situación. Según Moro, la compañía de seguros inicialmente mostró disposición para ayudar y confirmó que el vino era de calidad tras analizar la trazabilidad. Sin embargo, con el tiempo, la aseguradora se desentendió y no ha pagado las indemnizaciones correspondientes. "Nos han dejado tirados", afirmó el presidente de Cepa 21, destacando la insensibilidad y falta de apoyo recibidos en un momento crítico para la empresa.

El caso de la exempleada detenida por sabotaje en Cepa 21 no solo destaca por la magnitud del daño económico causado, sino también por la sorpresa y desconcierto que ha generado en la comunidad de Castrillo de Duero y en la propia bodega. Las motivaciones detrás del acto siguen siendo un misterio, y el desenlace judicial de este caso será seguido con gran interés tanto por los afectados como por la opinión pública. La historia de esta exempleada, sus acciones y las consecuencias que enfrenta se han convertido en un episodio oscuro en la trayectoria de una de las bodegas más reconocidas de la región.

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