Arranque de viñas en Burdeos: ¿Objetivo inalcanzable?

El programa para arrancar viñas en Burdeos está lejos de alcanzar su objetivo inicial, según informes recientes. En 2022, Burdeos contaba con aproximadamente 108.000 hectáreas de viñedos, y se financió la eliminación de unas 9.500 hectáreas en la región de Gironde. El paquete de financiación ascendía a 57 millones de euros, con 38 millones proporcionados por el gobierno y el resto financiado por el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB).

El presidente del CIVB, Allan Sichel, indicó en su momento que la región enfrentaba una sobreproducción anual de 300.000 hectolitros (equivalente a 40 millones de botellas), a lo que se añadían 200.000 hectolitros vendidos a precios no rentables. El CIVB creía que arrancar aproximadamente el 10% de sus viñas pondría a la región en una senda sostenible. Sin embargo, según el periódico local Sud-Ouest, solo se han eliminado alrededor de 3.000 hectáreas, lo que deja el proyecto "muy lejos de los objetivos iniciales" con dos tercios aún por arrancar.

La principal razón dada para este retraso fue la lluvia, aunque el CIVB ha señalado que el clima más seco debería permitir acelerar el programa. Además de los problemas de oferta y demanda, también hay problemas con el mildiu y otras enfermedades en los viñedos, que han sido una razón significativa para la remoción de las viñas.

Una temporada de crecimiento hasta este año ha significado que la cosecha podría reducirse nuevamente, lo que podría compensar los problemas de oferta y demanda. Stéphane Héraud del CIVB dijo al periódico que una escasez era "casi segura". Como resultado, el organismo confía en que los retos de oferta se superarán.

A principios de 2023, los viticultores en Burdeos ya habían convocado huelgas para destacar las presiones que enfrentan. En 2022, los "eventos climáticos extremos" también golpearon los viñedos, lo que llevó a "pérdidas significativas en algunos casos", y los rendimientos de vino AOC fueron aproximadamente un 11% por debajo del promedio de los últimos diez años, con 4.1 millones de hectolitros.

Gran parte del enfoque se centró en la ayuda para el exceso de arranque de viñas y el almacenamiento de vinos que no encontraron compradores. Durante la temporada de crecimiento del año pasado, incluso se estableció una línea telefónica para los viticultores "desesperados" de la región para lidiar con el impacto del clima severo en los cultivos. Nicolas Morain, del MSA Gironde, el departamento local de la organización mutual agrícola social de Francia, dijo que hubo llamadas de personas "que están realmente en angustia" y que la esposa de uno de los viticultores lo llamó llorando.

"Algunos ya lo han perdido todo," dijo, "Nunca hemos visto esto, el mildiu no perdonó a nadie este año" y que algunos viticultores estaban incluso considerando sus carreras debido al mildiu, y fue "muy traumático" para aquellos que intentaban controlarlo.